EL SIGLO DE DURANGO
Madres solteras que fueron ultrajadas, golpeadas e incluso discriminadas hasta por su familia son las candidatas que llegan a pedir ayuda a la Casa Hogar de la Madre Soltera, que se encuentra dentro de las instalaciones de las religiosas franciscanas de Nuestra Señora del Refugio; sin embargo, los escasos recursos económicos que tienen sólo les permiten ayudar a diez de ellas en forma permanente.
La superiora, Luz María Vargas Ibáñez, directora de la Casa Hogar, indica que el número de mujeres que acuden a este lugar es elevado y que no se cuentan con los recursos financieros suficientes para sostener a más de diez.
Las necesidades económicas son enormes y los apoyos insuficientes. Las mujeres que acuden a este lugar buscan una de las últimas oportunidades, pero incluso hay ocasiones en que las religiosas deben enfrentarse con el fantasma del aborto, aun cuando la ley las ampara, a estas últimas, en cuanto a la intención de realizar este acto, cuando se trata del producto de una violación, como fue el caso de una de ellas, que hace poco dio a luz a un niño.
En el caso de Maricela, no quería tener el producto, pues fue abusada sexualmente. Tras fuertes y consecutivas pláticas que tuvieron las religiosas con esta joven mujer, finalmente accedió y acaba de nacer su hijo hace unas semanas.
Desde 1999 la Casa Hogar ha atendido a 100 mujeres de entre 14 y 22 años de edad que han tenido necesidad de dar a luz a sus hijos en distintas circunstancias, pues muchas han tenido que enfrentarse a otros fenómenos que les impiden ser libres y desarrollarse en su embarazo pacíficamente.
Luz María Vargas explica que continuamente reciben a mujeres que durante mucho tiempo fueron golpeadas y violentadas no sólo físicamente, sino emocional y psicológicamente, por lo que deben tener mucho apoyo.
Otras jóvenes tienen que enfrentarse a otros fenómenos sociales, como la discriminación tanto de sus familiares como de las personas más cercanas.
Las religiosas tienen que hablar continuamente con la familia para que las jóvenes puedan ser aceptadas. Algunas tienen la suerte de volver, pero otras no.
Cuando las oportunidades y las estrategias se agotan, las religiosas les dan asilo. Mientras están embarazadas e incluso cuando ya dan a luz, las madres solteras no deben preocuparse por mucho, pues la Casa Hogar les costea sustento tanto para ella como para su hijo, pero los gastos son grandes cuando esta institución tiene que hacerse cargo de los pagos que deben realizarse en el Hospital General, nosocomio a donde acuden para que las jóvenes madres puedan dar a luz.
VIOLACIONES
Alertan a extremar precauciones
Estadísticamente, el mayor número de violaciones y abusos sexuales que se realizan en contra de menores de edad son cometidos por un familiar o alguna persona muy allegada a la víctima, según lo manifiesta el DIF Estatal a través de la Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia, así como por parte de la Procuraduría General de Justicia (PGJ).
Aunque las probabilidades de embarazo a través de una violación sexual son mínimas, los casos no se descartan y ocasionan daños emocionales y psicológicos profundos en las personas que recibieron la agresión.
Los agresores pueden identificarse por lo general como los tíos, abuelos, incluso hermanos y hasta padres, pero son muy escasos los abusos sexuales que se cometen por un extraño.
