Por Eunice Martínez Arias
El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Quizá no fue la obra más esperada por los laguneros y tampoco la que contó con la escenografía, vestuario y coreografía más espectacular de los montajes presentados a lo largo de 2004 en La Laguna. Pero si algo hay que reconocerle a Retrato de la Artista Desempleada, es la excelente actuación de Rebecca Jones, quien demostró nuevamente que además de su fuerte carácter, posee mucho talento.
La noche del jueves, el foro del Teatro Nazas y las 630 personas que acudieron en las dos funciones, fueron testigos de la calidad actoral de la esposa de Alejandro Camacho. A lo largo de los casi 90 minutos que dura la obra, le dio vida a 36 personajes distintos ayudada únicamente por sus gesticulaciones, cambios de voz y posiciones corporales.
Y es que la trama gira alrededor de Isa Gómez, una actriz desempleada que mientras logra una oportunidad de trabajo en su medio, toma el lugar de telefonista en un restaurante exclusivo de la Ciudad de México. Así que, instalada frente a un conmutador en la bodega del establecimiento, se enfrenta a una infinidad de situaciones que se producen cada vez que levanta el auricular y se encuentra con personalidades distintas; algunas en demanda de la mejor mesa del restaurante y otras simplemente para indicarle una orden del propio lugar... esto sin agregar sus problemas personales y la penuria de querer ir al baño y no poder porque no hay quien la supla.
Sin la necesidad de un cambio de vestuario, peluca, maquillaje y sin siquiera salir de escena, Jones le dio vida al narcotraficante Gilberto Arellano Carillo, a la prepotente señora Carolina López Negrete de Díaz Ordaz, a su insoportable jefe El Chef, a Andrés Manuel López Obrador, al ?tenebroso? señor Salinas así como a un piloto ebrio, el ?rarito? asistente de Salma Hayek, una viejita latosa y hasta la voz de las contestadoras.
Pese la calidad del montaje y los descuentos que hubo en taquilla para los estudiantes y personas del INSEN, en las dos funciones presentadas -a las 7:15 y 9:30 de la noche- la escena fue la misma que en otras ocasiones: un teatro con poca asistencia. ?Es una lástima, porque la obra es muy buena y divertida... me preocupa darme cuenta que la gente joven no está acudiendo al teatro, yo que estoy en la puerta me he fijado que siempre son las mismas personas que van a ver las obras que traigo, adultos en su mayoría... pero bueno, me queda la satisfacción de estar trayendo obras de esta calidad, cosas diferentes que pueda disfrutar el público?, señaló la empresaria Adolfina Gutiérrez.
Al terminar, la gente despidió a Rebecca Jones con un efusivo aplauso y uno que otro ?¡Bravo!?; y aunque no se puso de pie ni la ovación fue tan larga, sí le demostró su respeto.