El País
Madrid, España.- Dice que no sabe por qué le ofrecen papeles en Hollywood, pero basta ver su aspecto sexy y su sensualidad para aclararle las dudas. Americana de ascendencia alemana, a esta ex modelo metida a actriz, ahora mismo la tenemos en cartel con El Enviado y El Castigador.
Rebecca Romijn-Stamos se ha establecido en Hollywood como uno de esos símbolos eróticos que a Hollywood le gusta explotar. Esta seductora ex modelo norteamericana descarga su sensual belleza en El Castigador (The Punisher), película basada en el cómic del mismo título donde se convierte en Joan, quien acaba en brazos de Frank Castle, El Castigador (Thomas Jane).
“Joan es una mujer que está recuperándose de su adicción a las drogas y cuando Frank se muda al edificio donde ella vive se siente atraída. Es un hombre misterioso, oscuro, eso es algo que ella entiende bien, se identifica con este hombre a quien no le importa la muerte después de perder a su familia”.
Con su presencia en el filme, Rebecca suaviza una historia marcada por la violencia y la agresividad: “Es cierto, soy lo único dulce en un filme violento, pero me gusta interpretar a la chica normal y no a la seductora, así cambio un poco en mi rutina cinematográfica. Me encantó El Castigador cuando la vi, me pareció muy divertida, basada en un cómic muy vanguardista, oscuro, precipitado y violento.
“Creo que es importante ser conscientes de que es un filme basado en un cómic, que se va a ver por puro entretenimiento, no hay que buscarle un mensaje. La violencia de la película recuerda aquellos filmes de los setenta de Steve McQueen, de Charles Bronson. Es un filme políticamente incorrecto y me gusta porque tiene su propio ritmo”.
No hace ni seis años que Rebecca debutó en el cine con Dirty Work, desde entonces ha participado en filmes como Austin Powers: la espía que me achuchó, Rollerball, X-Men y Femme Fatale. En estos momentos tiene en cartelera El enviado, de Nick Hamm. “Como actriz, me sigue sorprendiendo que me llamen para un papel. No puedo explicar la maquinaria de Hollywood, cómo funciona. No sé dónde me sitúa a mí, no sé si me ven como ex modelo, como mujer sexy, como actriz, si me dan trabajo porque me llevo bien con el resto del equipo o me consideran profesional; no lo sé, me divierte lo que hago, me entrego, trato de dar lo mejor de mí y, desde luego, estoy entusiasmada con la creatividad de esta profesión”.
Modelo antes que actriz, Rebecca confiesa que su confianza en sí misma se la debe a sus padres, quienes la criaron en Berkeley: “Siempre he tenido una gran autoestima y sin duda es gracias a mi madre, porque pertenezco a esa generación que creció sin límites, nos enseñaron que no hay nada de lo que tener miedo y al mismo tiempo aprendimos bien lo que significa la palabra respeto”.
Es esa falta de temor lo que le provoca excitación, su motor a la hora de elegir proyectos arriesgados en una industria donde ser ex modelo, rubia y muy alta marca las premisas de los personajes que le ofrecen. “Mi experiencia me dice que la mejor interpretación llega cuando te sientes cansada, enferma, deprimida o con resaca, porque no puedes actuar a tu manera y tienes que ceder dentro de ti, tienes que dejar a un lado tu propia conciencia y seguir trabajando, y de alguna manera te desnudas y te ofreces cruda, no tienes otra opción y lo más difícil es superar el miedo a enfrentarte al personaje, pero al mismo tiempo esa lucha es maravillosa”.
Hija de alemán y americana, la actriz se casó con el actor John Stamos, protagonista de la serie Padres forzosos, con quien está culminando sus trámites de divorcio tras cinco años de matrimonio.
A finales de este año, Rebecca volverá a convertirse en Mystique, el personaje que interpreta en la franquicia X-Men, una historia que, como El Castigador, pertenece a la fábrica de cómic Marvel: “Antes voy a rodar Whatever Turns You On, de Andy Fleming con la que estoy muy entusiasmada. Una historia sobre gente adicta a ciertos fetiches sexuales, mi personaje es una mujer que se excita rompiendo las leyes frente a policías en motocicletas”.
