LOS ÁNGELES, (Reuters).-La dieta de South Beach no es una moda, dijo su creador, quien también rechazó la idea de que su plan de alimentación desaparecerá cuando acabe la locura con los regímenes bajos en carbohidratos.
"La nuestra no es baja en carbohidratos, se basa en carbohidratos buenos", dijo en una entrevista reciente Arthur Agatston, cardiólogo que desarrolló la dieta para ayudar a sus pacientes en su consultorio de Miami. "Hay mucha desinformación".
La dieta de South Beach permite el consumo de frutas y arroz integral, que son carbohidratos, pero Agatston no quiere que la cataloguen como "baja en carbohidratos" cuando la comparan con la de Atkins, rica en grasas y proteínas.
El libro de Agatston, titulado "The South Beach Diet" (La dieta de South Beach), ha vendido alrededor de 8.4 millones de copias desde que se publicó en el 2003, según el grupo editorial Rodale.
El libro ha estado durante 85 semanas en la lista de los libros más vendidos del diario The New York Times.
Agatston tiene planes de publicar el año que viene su libro sobre prevención de enfermedades cardíacas y también otro texto con recetas de cocina, y un tercero sobre qué hacer cuando se sale a comer en restaurantes.
La dieta de South Beach recomienda comer carnes magras y vegetales verdes, así como la disminución del consumo de carbohidratos refinados, como las pastas y el pan. Según Agatston, médicos y dietistas han respaldado sus recomendaciones.
"Esos principios corresponden realmente al consejo actual de los expertos", dijo Agatston. "De acuerdo con nuestros conocimientos, los debates dietéticos han terminado".
Marion Nestle, profesora de nutrición y estudios alimentarios en la Universidad de Nueva York, dijo que en realidad existe un consenso creciente sobre la idea de los carbohidratos "buenos", como los granos integrales, en contraste con los carbohidratos refinados, como los dulces, las galletas, el pan y el arroz blancos.
Sin embargo, no respaldó completamente la dieta de South Beach.
"Decirle a la gente que no puede comer pastas o papas es una tontería", dijo Nestle.
Agatston no le dio importancia a la evidencia reciente que indica que el interés de los consumidores por los regímenes bajos en carbohidratos está disminuyendo y dijo que lo que le molestaba es que se compare la dieta de South Beach con la de Atkins.
La dieta de South Beach difiere de la de Atkins, creada por Robert Atkins, porque no recomienda el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y favorece la ingestión de frutas y granos integrales, como el arroz integral, dijo Agatston.
La dieta de Atkins ganó gran popularidad porque asegura que la gente puede perder peso comiendo alimentos ricos en grasa, como la carne y el queso, y evitando los azúcares y almidones, como el caso del arroz y las papas.
Aun cuando la dieta de South Beach, como la de Atkins, limita los carbohidratos refinados, Agatston rechaza la etiqueta de "baja en carbohidratos".
Agatston dijo que los estadounidenses han sido desinformados con la idea de que consumir alimentos bajos en carbohidratos les ayudará a perder peso.
"Hay mucha desinformación, como que se puede vivir comiendo barras (de cereal) y tomando batidos, siempre que su contenido en carbohidratos sea bajo", dijo Agatston. "Eso no resolverá el problema".
El porcentaje de estadounidenses que sigue una dieta baja en carbohidratos disminuyó en septiembre al 4.6 por ciento de un nueve por ciento en enero, según la firma investigadora NPD.