AGENCIAS
QUITO, ECUADOR.- La Federación Internacional de los Derechos Humanos condenó ayer en Quito el caos social en Haití y observó la presencia militar de Estados Unidos en Puerto Príncipe como una violación a la soberanía haitiana.
“Parece que es una violación a la soberanía de ese país”, indicó el presidente de la Federación, el senegalés Sidiki Kaba, al asegurar que ese tipo de violaciones se configura “cualquiera sea la fuerza extranjera” que las comete, sobre todo “en las condiciones actuales” por las que atraviesa Haití.
Kaba indicó que su organización también “condena toda forma de tomarse el poder por medio de la violencia”.
La Federación celebra desde ayer en Quito y hasta mañana, un Congreso con la participación de 350 activistas que provienen de unos 150 países de Asia, África, Europa y América.
Mientras tanto en la capital de Haití, el líder rebelde haitiano Guy Phillipe declaró que detendrá al primer ministro Yvon Neptune.
Poco antes, Phillipe se había autoproclamado jefe militar.
Phillipe estuvo asomado en un balcón de un cuartel militar ante una multitud que lo vitoreaba. Otro rebelde a su lado exhortó a la multitud que acompañe a Phillipe a la casa de Neptune.
“¡Arresten a Neptune!” gritaba la multitud.
En entrevista Phillipe dijo que Neptune enfrentará cargos por corrupción administrativa. Con la abrupta partida del presidente Jean Bertrand Aristide el domingo, los rebeldes parecen aprovechar el vacío de poder, en momentos en que Estados Unidos y Francia aumentan su presencia militar en el país del Caribe.
Se ignora inicialmente el paradero de Neptune y si infantes de marina estadounidenses o franceses intentarán protegerlo. Neptune era dirigente del partido Lavalas liderado por Aristide y en una época tuvo el cargo de vocero presidencial.
En declaraciones formuladas en Washington, el subsecretario de Estado Roger Noriega desechó el poder que pueda tener Phillipe para hacer algo en Haití.
“Él no tiene control de nada, sólo de una pandilla desorganizada”, dijo Noriega ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
El incremento de la presencia internacional en Haití hará el papel de Phillipe “cada vez menos importante en la vida haitiana. Y creo que él probablemente querrá esfumarse”, añadió Noriega.
Por lo menos otro cadáver apareció ayer en las calles todavía cubiertas de barricadas incendiadas erigidas por partidarios de Aristide que saquearon partes de la capital antes de la salida del presidente el domingo.
El grupo Human Rights Watch dijo que Phillipe tiene “un dudoso récord en materia de derechos humanos” y mencionó la ejecución de decenas de miembros de bandas cometidos por su lugarteniente mientras era jefe de policía en la sección Delmas de Puerto Príncipe.
Amnistía Internacional pidió que las fuerzas internacionales de paz arresten a otros dos dirigentes de la revuelta condenados por asesinatos políticos, Louis Jodel Chamblain y Jean Tatoune. Chamblain lideró un escuadrón de la muerte tras el derrocamiento de Aristide en 1991.