Aunque se enfiló una solución a la controversia en los procesos de movilización de reses, el subsecretario de Agricultura y Ganadería del Gobierno del Estado, José Hugo Martínez Guerrero, dijo que no se valen las descalificaciones o ?falta de memoria?, en franca referencia a las críticas de presunta corrupción en el control del transporte e ingreso de semovientes.
Precisó que el incidente detectado en un hato de 240 becerros en el municipio de Cuencamé es un caso aislado, y por tanto, la crítica de irregularidades no debe ser generalizada hacia las autoridades de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Gobierno del Estado o los inspectores de ganado colocados en las 37 casetas habilitadas en distintos puntos de la entidad.
?No se pueden olvidar (los ganaderos) que el esfuerzo de recuperar y mantener la categoría fase tres para la exportación de becerros en pie hacia Estados Unidos de América, fue hecho por el Gobierno del Estado y el empeño de los inspectores de ganado?, enfatizó Martínez Guerrero.
La ocurrencia de un acto de corrupción o irregularidad en uno o cinco inspectores de ganado no debe ser motivo para descalificar el esfuerzo honesto que hacen el resto de los encargados de la inspección en las casetas, reiteró en defensa al trabajo en materia de verificación y sanidad zoosanitaria.
Además, no deben olvidarse (los críticos) que el mayor esfuerzo del Gobierno Estatal en materia agropecuaria se ubica en los controles de movilización de ganado.
Actualmente hay 109 inspectores de ganado, con una amplia experiencia y seriedad en su trabajo; incluso, ?yo meto las manos al fuego por ellos?, comentó Martínez Guerrero, quien destacó que en el presente sexenio se ha puesto un esfuerzo adicional para mantener la categoría zoosanitaria del estado.
HISTORIA
Durante los dos últimos años y medio, el estado de Durango se ha mantenido bajo la lupa de la Comisión Binacional ?conformada por autoridades centrales de Sagarpa y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos de América-, luego de que se detectaron irregularidades en la operación de los controles para la exportación de ganado.
De hecho, entre abril del 2002 y abril del 2003, se concretaron tres inspecciones por el mencionado organismo, mientras que la última semana de febrero del presente año se llevó a cabo una cuarta inspección.
La historia reciente del sector pecuario revela que en abril del 2002 la Comisión Binacional decretó un castigo a la ganadería duranguense, que implicó una restricción para movilizar ganado con miras de comercialización en la Unión Americana.
La restricción fue aplicada como consecuencia de irregularidades en los procesos de movilización de ganado, semovientes con niveles de sanidad muy deficientes y tráfico ilegal de hatos procedentes de entidades como Veracruz, Chiapas, Zacatecas y hasta de Guatemala.
Un año duró la sanción, con un saldo de 41 mil reses exportadas y un desplome en la captación de divisas, y para abril del 2003, se levantó el castigo. Sin embargo, había una exigencia clara: mejorar los controles de tráfico de reses, aumentar la infraestructura de inspección e implementar campañas intensivas de control en materia de tubercolusis bovina y otros padecimientos.
Ocho meses después, en febrero del 2004, la ganadería duranguense quedó bajo los ojos fiscalizadores del organismo binacional, y tras ?algunas observaciones menores?, el estado refrendó su categoría tres para la exportación de becerros en pie hacia EUA.
La detección de un hato de 240 semovientes en un corral de Cuencamé, que pretendían ser ?habilitados? como ganado local para su comercialización en ranchos estadounidenses, puso en alerta a las autoridades y productores, a casi dos meses de la inspección hecha en febrero.
CONCLUSIONES
Fuera el disimulo
El control de la movilización de animales que cruzan el estado es un asunto de corresponsabilidad que incluye a las autoridades federales, estatales y productores, dijo el gobernador Ángel Sergio Guerrero Mier.
Las uniones ganaderas tendrán una injerencia directa en el Comité Estatal de Sanidad Animal, de tal manera que ya no habrá cabida para el disimulo sobre la entrada de ganado procedente de zonas por debajo de la categoría zoosanitaria que tiene el estado de Durango, comentó el mandatario estatal.
?No me parecía justo que no existiera una corresponsabilidad por parte de los productores ganaderos?, asentó Guerrero, quien destacó que además se deberá poner cuidado en el rubro de acopiadores para evitar caer en una situación caótica y de pérdida económica.
DATOS
Fechas e inversiones
La ganadería duranguense ha permanecido bajo la fiscalización de la Comisión Binacional en los últimos tres años.
En trece meses que duró el castigo de exportación, comprendidos de abril del 2002 a mayo del 2003, dejaron de ingresar alrededor de 40 millones de dólares por la venta de becerros en los Estados Unidos de América.
Paralelamente, en los ejercicios 2002 y 2003, las autoridades del sector agropecuario aplicaron a través de Alianza para el Campo, por lo menos, 48 millones de pesos en acciones de control de sanidad.
En febrero del 2004, la Comisión Binacional ratificó la categoría tres para llevar becerros en pie para su comercialización en los Estados Unidos de América.
Actualmente están habilitadas 37 casetas de inspección de ganado en todo el estado, pero la frontera con Zacatecas sigue clasificada como una zona vulnerable.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango