EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- En el Cereso también hay felicidad, en algunos momentos los destellos de alegría se reflejan en las sonrisas de los internos al recibir su constancia de estudios por concluir el nivel primaria y van por más, al fin y al cabo, tienen todo el tiempo del mundo.
Los altos muros que los rodean no les impiden ver más allá de sus narices. Son humanos, con inquietudes y vehemencia de superación. La mayoría de ellos trata de llevar una vida normal, mientras estudian y purgan condenas de meses o años.
Jesús Mesta Sánchez tiene 54 años de edad. Es originario de San Pedro, su familia radica en Monterrey, Nuevo León. Actualmente tiene ocho años y medio “viviendo” en el Centro de Readaptación Social y le quedan dos y medio.
Jesús purga una condena por delitos contra la salud. Él fue también uno de los agraciados con su constancia. Terminó la primaria y desea continuar “hasta donde sea posible”. Anteriormente, Jesús había estado en los Ceresos de Piedras Negras, Torreón y Monclova. En ninguno de estos lugares le entregaron documento de su constancia pese a que cursaba sus estudios.
Tres veces por semana los internos reciben sus clases por maestros. Mario García Soto es el encargado de aplicar los exámenes. Ayer por la tarde, 21 personas recibieron su constancia de manos del subdirector, Francisco Javier Dávila, en ausencia del director, David Fernández Hernández.
Los programas del Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA) parecen estar rindiendo frutos. Los aplausos y felicitaciones no faltaron y cada uno de los internos festejó con sus familias uno de los logros más importantes de sus vidas.
“Es una satisfacción poder recibir esta constancia, por fin un documento que avala nuestro nivel de educación. Aunque yo ya había terminado la primaria en otros Centros de Readaptación, nunca me entregaron el papelito”.
En los próximos días, las autoridades del Cereso de San Pedro buscarán con alguna institución de bachillerato el apoyo, para que los internos puedan llevar a cabo sus estudios y talleres dentro del Centro.
Jesús quiere dar un buen ejemplo, aunque éste sea un poco tardío. Todos sus hijos estudian actualmente y desea que se enorgullezcan de él. Varios fueron los motivos por los que él dejó de estudiar.
“Lo que pasó es que en mi casa hubo una separación muy dolorosa, la de mis padres y así, sin el apoyo de alguien es difícil seguir en esto. Ahora que me dan la oportunidad, quiero aprovecharla al máximo”.
CAMINITO DE LA ESCUELA
En el Cereso de San Pedro los internos desean continuar con sus estudios por lo que en la actualidad hay:
*137 presos cursando algún nivel escolar.
*26 de ellos son alfabetizados.
*23 concluyeron la educación primaria.
*45 personas están a la espera para presentar el examen de secundaria.
*30 internos están próximos al bachillerato.
FUENTE: Juan Ernesto Castro, encargado en jefe del área educativa
ÁNIMO
“Ahora que tengo todo el tiempo del mundo quiero aprovechar para seguir estudiando”.
Jesús Mesta Sánchez de 54 años de edad, interno en el Cereso de San Pedro
