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México, DF.- La CNC confió en que la Reforma Constitucional con la cual se garantiza el Derecho a la Alimentación de todos los mexicanos, aprobada el 29 de abril en la Cámara de Diputados, impulsará la soberanía alimentaria del país y ayudará a abatir la pobreza y desnutrición del 53 por ciento de la población.
La Confederación Nacional Campesina (CNC) informó en un comunicado que la adición del párrafo tercero al artículo cuarto y del segundo a la Fracción XX de la Constitución obliga al gobierno, cualquiera que sea su signo político y partidario, a actuar para la erradicación del hambre, provocada por las extremas desigualdades sociales.
Agregó que más de 14 millones de trabajadores del país apenas perciben un salario de 16 pesos con 50 centavos diarios, con los cuales se colocan en el límite de la sobrevivencia.
Dio a conocer que en las comunidades rurales de entre 300 y tres mil 500 habitantes, más del 60 por ciento de los niños padece algún grado de desnutrición, lo que provoca que por esta causa fallezcan anualmente 870 de ellos.
Añadió que 75 por ciento de los mexicanos que padecen hambre radican en el campo, cuando México se encuentra entre los países que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), produce suficientes alimentos para su pueblo.
Sin embargo, la desigual distribución del ingreso lleva a que el 40 por ciento de su población sufra algún grado de desnutrición y que el 70 por ciento de los niños indígenas arrastre las secuelas de una alimentación insuficiente. La CNC destacó que la pérdida del poder adquisitivo del área rural se agudizó en los últimos 15 años, por lo cual el campesino sólo puede comprar con su ingreso el 40 por ciento de la canasta básica indispensable para sus necesidades nutricionales.
Citó datos de la última Encuesta Nacional de Alimentación y Nutrición del Medio Rural, según las cuales, de 1974 a la fecha, el consumo de tortilla disminuyó 25 por ciento, el de frijol 15 por ciento, y el de carne y huevo 27 por ciento.
Aunque el consumo de leche y queso se mantuvo igual, el abuso de grasas saturadas y "comida chatarra" facilita epidemias de enfermedades crónico degenerativas y a un cambio dietético descontrolado.
Consideró que las reformas constitucionales contribuirán a revertir estas tendencias, más que los programas "asistencialistas".