“Sería un milagro si alguien nos ofreciera trabajo”, dicen.
EL SIGLO DE TORREÓN
CD. LERDO, DGO.- Sus manos están llenas de arrugas pero aún tienen fuerza para trabajar. Personas de la tercera edad aseguran que pueden hacer algo más que dejar pasar el tiempo, sin embargo, ninguna autoridad es capaz de considerarlos aunque sea para barrer las calles de la ciudad.
Por eso no les queda más remedio que pasar la mayor parte del día sentados en una plaza, dependiendo de algún hijo o familiar para poder sobrevivir. Y es que dicen, sería un milagro que alguien les ofreciera trabajo.
Afortunadamente, Filiberto Rodríguez Ávila sabe de mecánica, de lo contrario no tendría una fuente de ingresos para sobrevivir. Asegura que la situación no puede ser peor para las personas de la tercera edad porque nadie les quiere dar trabajo.
“Las autoridades siguen sin hacer nada para que las personas mayores puedan subsistir, sólo quienes tienen pensión viven más o menos y en ocasiones porque les dan muy poco”.
A sus 65 años, Filiberto considera que todavía tiene fuerzas para trabajar: “hay algunos adultos que no pueden, pero siempre hay algo que uno pueda hacer, ahora hasta quienes tienen más de 35 años batallan para conseguir un empleo”.
Ni soñar, dice, que un día lo pudieran contratar en alguna empresa, por eso cree que las autoridades no deben hacer a un lado su responsabilidad de generar empleos para personas de cualquier edad.
A Nazario Rosales Frayre no le queda más remedio que vivir de lo poco que obtiene de su parcela. Las ganancias son pocas pero no puede trabajar en algo más. Tiene 79 años de edad, sin embargo, considera que podría emplearse aunque sea de barrendero.
“Las autoridades no son ni capaces de darnos una escoba para barrer las calles, después de todo es un trabajo digno. Yo no tengo trabajo y lo que obtengo de mi parcela es muy poco, apenas alcanza para irla pasando”.
Para Nazario, las personas de la tercera edad han sido olvidadas por las autoridades municipales: “nosotros todavía podemos hacer algo, tan simple como agarrar una escoba y ganarse unos centavos, pero a uno ya no lo ocupan ni para eso”.
Isidro del Río Molina sabe que a sus 93 años es imposible conseguir un trabajo. La fuerza y los años se le fueron en sembrar tierras y cuidar animales, ahora depende de su hijo Óscar para no morir de hambre.
“Todo se acaba en la vida, la fuerza, la edad, cuando era joven trabajaba en la tierra, viendo animales, ahora uno ya está viejo y quién lo ocupa, nadie. No me queda más que dejar que mi hijo me mantenga, desde los 85 años ya no pude trabajar porque me lastimé la espalda”.
Para dejar pasar el tiempo, Isidro acude de vez en cuando a la plaza principal de Lerdo: “lo bueno es que yo tengo a mi hijo, hay muchos adultos que no tienen quién se haga cargo de ellos, muchos se olvidan de sus padres”.
Promesas
Personas de la tercera edad piden ser contempladas en la generación de fuentes de empleo que tanto la candidata del Partido Acción Nacional (PAN), Rosario Castro Lozano, como el abanderado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), David Núñez García, prometieron en caso de ganar la alcaldía de Lerdo.
“Nos deben tomar en cuenta porque somos ciudadanos y al igual que todos pagamos impuestos y tenemos necesidad, llegan los recibos del Predial, del agua, de la luz, hay muchos gastos que no se perdonan”, dice Filiberto Rodríguez Ávila.
Nazario Rosales Frayre asegura que el ganador en el próximo proceso electoral debe cumplir con su palabra y generar fuentes de empleo, pero también contemplar a las personas de la tercera edad: “ojalá y nos consideraran”.
DESAMPARADOS
“La situación está muy difícil para todos, los adultos mayores que están pensionados de perdido tienen un dinero seguro, pero algunos ni eso”.
Filiberto Rodríguez Ávila
DE NADA...
“Nuestro trabajo es estar sentados aquí en la plaza, no nos queda de otra, qué más podemos hacer si no nos quieren dar trabajo en nada”.
Isidro del Río Molina
IGNORADOS
“Creo que muchas personas adultas todavía podemos trabajar en algo pero lo malo es que nadie nos toma en cuenta, ojalá y la situación pudiera cambiar”.
Nazario Rosales Frayre