Tamoxifen, la medicina que según expertos ha reducido el número de muertes por cáncer de la mama en el mundo entero, podría ser superada por una nueva sustancia que parece incluso más efectiva para impedir la reaparición de la enfermedad en mujeres cuyos tumores habían sido extirpados a tiempo.
Un estudio internacional en gran escala de pacientes a las que se extirpó un carcinoma en sus etapas iniciales indicó que aquellas que tomaron tamoxifen durante dos años y medio y luego pasaron a la droga llamada exemestane durante otros dos años y medio tenían un tercio menos de posibilidades de sufrir una recaída que aquellas que tomaron tamoxifen todo el tiempo.
Pero además, las pacientes que pasaron al exemestane también tuvieron menos efectos secundarios, tenían un 56% menos de posibilidades de desarrollar un tumor en el otro seno y un 50% menos de desarrollarlo en otras partes del cuerpo.
El director del estudio, R.C. Coombes, profesor de oncología en el Colegio Médico Imperial de Londres, vaticinó que los médicos recetarán exemestane a muchas pacientes que tengan un elevado riesgo de reaparición de los tumores.
La sustancia, que fue comercializada en 1999 para el tratamiento del cáncer de la mama en estado avanzado, es una droga hormonal que se vende bajo la marca de Aromasin.
Los resultados del estudio aparecieron en la revista New England Journal of Medicine. La investigación fue financiada en parte por los laboratorios Pfizer, que son los fabricantes de Aromasin.