Madrid, (EFE).- El ciudadano ruso Vladimir Ksenchuk, de 65 años, finalizó en Madrid un recorrido en silla de ruedas desde Moscú para divulgar su campaña "por una Europa unida sin drogas".
Ksenchuk, que tiene una pierna amputada a causa de un problema vascular que ya le afecta también a la otra, recorrió hace dos años 700 kilómetros, desde Moscú hasta San Petersburgo, en 41 días, "para levantar el ánimo de los minusválidos".
Esta vez la aventura de Vladimir finalizó en la Agencia Estatal de Información de la Federación rusa, RIA "NOVOSTI", en Madrid, donde contó su experiencia a la prensa.
Vladimir Ksenchuk salió de Moscú el 11 de junio pasado y, tras recorrer cinco mil kilómetros en una silla de ruedas a través de Bielorusia, Polonia, Alemania, Holanda, Francia y Luxemburgo, llegó a Madrid.
El viajero explicó que "es una tarea muy digna la de recorrer Europa de un extremo a otro" y añadió que quería haber ido hasta Lisboa, pero no estaba seguro "de que la silla fuera a aguantar más y por eso he finalizado mi viaje en Madrid".
La parte más difícil del viaje fue desde San Sebastián hasta Madrid por "el terreno montañoso, ya que vi obligado a circular por las carreteras secundarias y llegué a pasar hambre".
Ksenchuk contó que cada día tomaba hasta cinco litros de agua; dormía y comía en la silla de ruedas y luego continuaba su camino. Pasaba la noche donde podía, desde alcaldías a otros alojamientos y cada mañana "rezaba para pedir fuerza, encontrar gente buena y protección en el camino".
En la conferencia de prensa relató algunos de los problemas que sufrió, como la rotura de la silla de ruedas, que tuvo que ser soldada en Bielorusia, y además cambió las ruedas en once ocasiones.
Llevaba siempre encima, junto con sus papeles y visados, un llamamiento de su campaña contra las drogas traducido a varias lenguas, "ya que yo no sé muchos idiomas" y recibió ayuda de mucha gente.