Roma, (EFE).- Un profesor alemán de 55 años, Bernhard Lehemann, recorre estos días Italia en busca de las personas que trabajaron como esclavos en las industrias bélicas de Hitler, con la intención de pedirles perdón y darles una ayuda simbólica de 750 euros.
"Pido perdón en nombre de mis estudiantes y de mi ciudad", dice este ex profesor de inglés del Instituto Paul Klee de Gershofen cada vez que encuentra a una de las personas que fueron deportadas a Alemania o a sus descendientes.
Unos 210 nombres componen la lista de este alemán que, según declara al diario "Corriere della Sera", no busca un resarcimiento, ya que "sería imposible resarcir tal sufrimiento".
Asegura no actuar movido por intereses de partido sino por un "gran voluntad de lograr justicia y reconciliación".
Los nombres de los llamados "esclavos de Hitler", que eran soldados o civiles capturados por los nazis y sometidos a trabajos forzados, han permanecido ocultos durante medio siglo, en este caso en los archivos históricos de Gersthofen.
Lehemann comenzó a interesarse por ellos cuando estudiaba la historia de una partisana alemana, Anna Proll, que murió en un campo de concentración y cuya historia le permitió descubrir la existencia de empresas donde los prisioneros eran usados como esclavos.
"Fue entonces cuando decidí que quería saber quiénes eran estos prisioneros, qué cara tenían y qué había sido de ellos", apunta tras reconocer que en ese mismo momento comenzó una "carrera de obstáculos".
El docente afirma que los padres de sus alumnos eran contrarios a la idea de iniciar una investigación de este tipo y, según señala, tuvo que convencerles "uno por uno, porque todavía prevalecía el miedo".
Finalmente, logró convencer a 22 de sus 29 estudiantes, aunque el mayor obstáculo, según afirma Lehemann, fue la oposición de las autoridades locales, "como el alcalde, que se negó a poner a mi disposición los archivos", explica.
Cuando consiguió tener todos los documentos a su alcance empezaron a aparecer los nombres de todos estos italianos.
"En todo momento, la ayuda de mis alumnos ha sido fundamental", asegura, tras precisar que la idea de hacer una colecta para obtener fondos a repartir entre los afectados surgió tras descubrir que las familias de los italianos internados no habían obtenido ningún tipo de ayuda económica.
Mientras el profesor recorre estos días el norte de Italia para encontrar a los protagonistas de este triste capítulo de la historia, los alumnos del instituto de Gersthofen ultiman los detalles de un monumento que se erigirá en honor a los "esclavos de Hitler".