AGENCIAS
KIGALI, RUANDA.- Diez años después del inicio del genocidio de Ruanda, la memoria de las más de 800 mil víctimas fue recordada en Kigali, mientras la comunidad internacional confesó sus culpas y prometió evitar la repetición de semejante tragedia.
En la capital de Ruanda, el momento más solemne de las conmemoraciones fue una ceremonia en el estadio “Amohoro” (que significa paz en la lengua nacional), presidida por el presidente Paul Kagame y a la que asistieron más de 25 mil personas.
Kagame, quien en 1994 era jefe del Frente Patriótica de Ruanda (FPR) -grupo tutsi que se rebeló contra el régimen del presidente hutu Juvenal Habiyarimana-, denunció de nuevo la actitud “vergonzosa” de la comunidad internacional, en especial la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Francia.
Sobre el papel de la ONU, Kagame dijo que “dio a la población la ilusión de que no debía temer nada. Lo que pasó fue una vergüenza”.
La Organización de las Naciones Unidas tenía desplegados en Kigali dos mil 500 cascos azules, que comandados por el general canadiense Romeo Dallaire tenían la misión de hacer observar el alto al fuego firmado entre el FPR y el Gobierno ruandés.
“Rezamos para que el sistema de Naciones Unidas sea cambiado”, agregó el Mandatario ruandés, aunque su crítica fue más severa contra Francia y provocó un incidente diplomático.
El presidente ruandés acusó a París de “haber conscientemente armado y formado las tropas gubernamentales que cometieron el genocidio y sabía que iba a haber un genocidio”.
Consideró “escandaloso” el hecho de que el Gobierno francés se hiciera representar en las conmemoraciones, cuando -dijo- ese país europeo continúa negando su responsabilidad y sus disculpas a los sobrevivientes.
El secretario de Estado francés de los negocios extranjeros, Renaud Muselier, que representó a su país en las ceremonias de Kigali, decidió regresar de inmediato a París, lamentando “el clima emocional” creado por las autoridades ruandesas.
Nueva tragedia
En tanto, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, reconoció la responsabilidad de la comunidad internacional en un discurso que pronunció ayer en Ginebra, en la sede de la Comisión de los Derechos Humanos.
“Debemos reconocer todos que no hicimos todo lo que era posible para prevenir y parar el genocidio”, dijo Annan, quien en 1994 era el secretario general adjunto encargado de las misiones de paz.
Asimismo anunció la creación en la ONU del cargo de Consejero especial para la prevención del genocidio, así como la preparación de un plan de acción para evitar la repetición de la tragedia ruandesa, “porque el riesgo de genocidio continúa real”.
El plan deberá incluir cinco principios: la prevención de los conflictos armados, la protección de la población civil, el fin de la impunidad, el lanzamiento de avisos claros y tempranos, y la intervención rápida y de fuerza siempre que la situación lo exija.
Annan aprovechó para llamar la atención de la comunidad internacional sobre la necesidad de intervenir rápida y tal vez militarmente para defender a la población de la provincia sudanesa de Darfour, a fin de evitar otra tragedia como la ruandesa.