Pisa, es la cuna de grandes marineros, científicos, matemáticos y otros muchos ilustres ciudadanos, que sólo basta uno para darle la gloria a la ciudad Toscana, fue la cuna de Galileo Galilei. Una república en sus principios marinera que además de atesorar una bella arquitectura, fue referente universitaria.
Pisa gozó de un máximo esplendor hasta finales del Siglo XVI, cuando el río Arno era navegable hasta el mar. Pisa fue la reina del Tirreno, como lo fue Venecia del Adriático. Hubo una floreciente época en que la flota toscana se extendía con su influencia hasta lugares muy distantes de su origen.
Se está ampliando la estación de ferrocarril de San Rosoro. Pasear por la parte vieja de la ciudadela y observar lo que fue la puerta del mar, donde los arqueólogos con sus obras tratan de rescatar cuatro naves romanas que descubrieron durante la ampliación de la antes mencionada estación.
Cerca del arsenal se destaca el perfil imponente del mejor ejemplo gótico del arte pisano, la Iglesia de Santa María de la Espina, se construyó toda de mármol blanco y guarda en su interior una espina de la corona de Cristo. En el Siglo XIX el suelo cedió y tuvo que elevar a más altura esta iglesia, todavía la mayor parte de Pisa, parece que está condenada a sufrir el hundimiento de su suelo.
El campo de los milagros llaman al conjunto más visitado de Pisa, aquí está La Catedral, El Baptisterio y el Campanario, que con su fama es el que más atracción tiene, entre los millares de turistas de todo el mundo que llegan a Pisa. El camposanto es un lugar sagrado que casi nadie preste atención, su decoración y la amplitud de sus salones y sus jardines exteriores bien vale la pena adentrarse en él.
Todo el conjunto de edificios que componen el Campo de los Milagros, tienden a hundirse pues se construyeron sobre el suelo y carecen de verdaderos cimientos.
El Baptisterio es de planta circular y su arquitectura no se puede definir un estilo, en la planta baja empezó a ser románico después del primer piso siguió arquitectónicamente hasta el final el Gótico. El Duomo o sea la catedral presenta una extraordinaria unidad de estilo que van igual que el Baptisterio románico y gótico mezclado con otros estilos no identificados pues su construcción se prolongó por muchos años.
Pero la joya del conjunto es el conocido como ?Vecchia Signora? la vieja señora que es la famosa torre del campanario que presentó problemas de equilibrio desde un principio. El proyecto se atribuye a Gherardo di Gerardo, pero parece que realmente fue Bonanno Pisano el que principió la obra en 1173. Cuando llegaba al tercer piso los cimientos cedieron y esto ocasionó que los trabajos se suspendieran y esto duró más de un siglo. Después de este suspenso se le agregaron sus cuatro de los siete que tiene y al final el campanario.
En el pasado Siglo XX, se trató de corregir su inclinación, cimentándolo, pero sólo se corrigió un metro y pocos centímetros de los cuatro metros con 22 centímetros que tenía de inclinación, pues toda Pisa se opuso, pues si se llegara a enderezar tal inclinación del campanario, perdería su admiración y con ello pocos visitantes llegarían a ver lo que es el edificio que es la estrella refulgente de este lugar.
Pisa, además de sus museos y rincones históricos, en sus alrededores hay otros puntos interesantes. El parque natural de San Rossare, es un gran bosque al norte de la Ciudad, fue una reserva de Caza desde la época de los Médicis.
Certosa di Pisa, este monasterio cerca de Calci alberga el Museo de Historia Natural y allí puede uno adentrarse con Pisa desde los primeros días de su asentamiento humano.
Marina de Pisa, tiene amplias de arena fina y es un complejo costero que se introduce más a lo moderno con casas de estilo art noveau, rodeado de pinos y de floridos jardines.
Un poco menos de la mitad de la distancia que separa a Pisa de Florencia, está Asís, el lugar de nacimiento de ese gran genio de las artes y de la inventiva, Leonardo Da Vinci. Qué más podríamos pedirle a la Toscana si con lo poco que vimos, de sus grandes tesoros nos ha enmudecido... Y MARAVILLADO HASTA LAS LÁGRIMAS.
Pisa, Florencia. Año 2003