VIENA
Cuando llegamos a Viena, después de gozar de la belleza del paisaje de la campiña austriaca en el Tirol, y apenas distante desde Salzburgo por tren, de dos horas y 45 minutos.
Viena la llamaron en una época, la capital mundial del arte musical, ya que por esta ciudad desfilaron en un tiempo los más grandes genios de este arte. Aquí llegó un día el más tremendo y emotivo de los compositores de su tiempo: Beethoven. Dicen que llegó contratado por unas semanas y jamás abandonó Viena, en los 35 años que le restaron de vida.
El corazón de Viena, el innere stadt (ciudad interior) está limitada por la bella y sugestiva avenida Ringstrasse, construida en los albores del Siglo XIX y precisamente sobre el lugar que ocuparon los fosos y murallas que protegieron a la Viena medieval. El canal del Danubio que se desvía del río un poco antes de llegar a la ciudad y que discurre partiendo en dos a Viena, volviendo a encontrarse en el cauce del río en las afueras, completa el anillo circundante de la parte vieja.
La Ringstrasse, es una de las calles más hermosas de Europa. Recorrerla tranquilamente paso a paso y admirar todas sus joyas arquitectónicas, sus palacios y sus jardines, es una de las más inolvidables experiencias agradables de la vida.
Sin duda uno de los edificios más admirados que están en la Ringstrasse, lo es la Ópera del Estado. Pero también están aquí, el Real Museo de las Bellas Artes, el Museo de Historia Natural, El Parlamento, El Ayuntamiento, El Teatro del Pueblo, La Universidad, La Iglesia Votivkirche (la gótica) y el Palacio Hofburg, en el que en una de sus múltiples alas, alberga la Escuela Española de Equitación en la que diariamente por las mañanas, se puede presenciar los entrenamientos de los famosos caballos blancos de pura sangre, llamados los Lipizzaner.
En este histórico palacio, que es una verdadera reliquia del Imperio Austriaco, se pueden visitar además los aposentos imperiales del Emperador Francisco José y los de la Emperatriz Isabel. Igualmente, se puede admirar el ala llamada de la Tesorería, que guarda las fabulosas joyas de la Corona y el riquísimo tesoro del Sacro Imperio Austro?Húngaro.
El Kunsthisrisches Museum, (Museo de Bellas Artes) posee una de las más importantes colecciones de Arte Egipcio y antigüedades griegas, etruscas y romanas. En sus riquezas de cuadros, éste es uno de los más bellos museos del mundo, destacan las riquezas de sus miles de obras en las que se admiran magníficas joyas de obras como las de Peter Breughel, Tiziano, Tintoreto, Veronés, Rubens, Durero, Cranch, Rembrandt y una de las más ricas colecciones que he admirado de Velázquez y de Van Dyk. Aquí también está una de las más preciadas joyas, el mundialmente conocido Salero Real, obra del orfebre Benvenuto Cellini.
El palacio Schonbrun, construido a fin de rivalizar con el de Versalles, es de una serena belleza y su grandiosidad, tanto en edificios como en jardines, supera en su conservación al mismo Versalles.
El Schonbrun cuenta con 1400 habitaciones, las cuales la mayoría están suntuosamente amuebladas en el estilo barroco y rococó del mismo estilo que el palacio.
El Belvedere, es otro de los bellos palacios de Viena, alberga tres importantes museos. El de Arte Medieval Austriaco (en el Orangerie); el del Barroco Austriaco (en el Belvedere bajo) y el de Arte Austriaco de los Siglos XIX y XX (en el alto Belvedere). Este palacio es conceptuado como la obra arquitectónica más bella en el mundo europeo, de estilo barroco, admirado por lo depurado de sus líneas y el conjunto armonioso.
San Sebastián, la gigantesca catedral, es la más grande de los templos dedicados al culto católico, es también la más bella y admirada catedral de toda Austria. Se comenzó a edificar en el año de 1240. La altura de su torre campanaria alcanza los 138 metros de altura. Es el símbolo más antiguo de Viena, figurando entre los más enormes y bellos templos góticos del mundo.
La iglesia de los capuchinos, cercana a la catedral, tiene en su interior la cripta familiar de los Habsburgos. Contiene 144 sarcófagos, la mayoría son de bronce y de una belleza extraordinaria. En un rincón apartado de esta gigantesca cripta funeraria, está un modesto y casi humilde sarcófago; en comparación con los demás, en él se guardan los restos del infortunado Archiduque Maximiliano, que fuera Emperador de México.
A Viena se le conoce como la capital mundial de la música y por mucho tiempo ha hecho honor a esta designación. Aquí se compusieron las más preciadas obras musicales de Beethoven, Mozart, Hayden y Shubert, entre los más renombrados. Aquí nació también el vals, con la dinastía Strauss.
Los vieneses saben el tesoro musical que han heredado y año con año, han tratado no sólo de sostener este nivel cultural , sino que lo han acrecentado. Por esta razón, la vida musical en toda Austria es de una densidad y variedad única y no pasa un solo día sin conciertos de importancia, pero hay fechas en que materialmente el espectador tendría que dividirse en pedazos para poder asistir a estos festivales.
La Filarmónica de Viena fue fundada en 1842 y la Sinfónica unos años después. Son orquestas de primera categoría y conocidas en el mundo entero. Poder conseguir boletos para asistir a los conciertos de estas orquestas es una fortuna, pues los apartados se tienen que hacer con unos dos meses de anticipación.
