“En la naturaleza del hombre solo encontramos tres causas principales de querella:
la competencia, la difidencia y la gloria”.
Emmanuel Mounier
Filósofo
Es ya tan deprimente la forma en que en nuestro País en estos últimos tiempos, se ha mantenido a la opinión publica saturada de un cúmulo de información relacionada con los escándalos políticos y de corrupción, así como también los ánimos desbordados de los posibles precandidatos de los diferentes partidos a la Presidencia de la Republica, que ya se da como un hecho que no será posible lograr los acuerdos para las reformas estructurales que necesita México para su desarrollo, lo cual de por si es desalentador.
Al mismo tiempo la I.P. clama que por lo mismo continuamos perdiendo competitividad en el mercado mundial propiciando que los inversionistas se alejen y las oportunidades de negocio terminen como agua que se escapa de las manos.- Al parecer estamos condenados a que unos cuantos decidan el destino de millones de personas que cada día ven con tristeza la nula posiblilidad de prosperar y lograr una mayor seguridad para sus familias.
En esta ocasión quiero abordar la problemática de la competitividad no desde el punto de vista macroeconómico, sino enfocado a la vida cotidiana en los centros de trabajo; me parece que es un error pretender obtener mejores resultados alentando en muchas empresas la competencia entre sus colaboradores, con el mito de que ésta es inevitable por ser parte de la naturaleza humana, en lugar de fomentar el trabajo en equipo; es dar a entender que se progresa sobre la base de erradicar al prójimo para lograr mejores escalafones, por lo tanto en la medida que es mayor la escala jerárquica la competencia individual se vuelve en muchos casos destructiva y peligrosa perdiéndose el profesionalismo, la moral y la ética por alcanzar logros externos.
El Dr. Deming en uno de sus libros habla de la forma en que muchas Empresas en los EUA, establecieron la ley de la zanahoria y el garrote para alentar al individuo a que en aras del éxito en su carrera cambie sus valores y principios por los premios y reconocimientos; yo me pregunto si al buscar resultados exitosos solo pueden ser logrados por medio de la amenaza y el temor, o del ejercicio del poder que da una determinada jerarquía cuando ello también se puede lograr con el estímulo, la felicitación y el respeto por la autoestima; Bert Nanus y Warren Venís autores muy reconocidos sobre el tema de liderazgo dicen:
“La mayoría de los Directivos han concentrado su atención en la creación, protección y expansión de la riqueza física. La sobrevivencia hoy en día requiere de la creación, protección y expansión de la riqueza humana.-El liderazgo apropiado de esta riqueza humana es lo que crea la riqueza física; la administración de la calidad debe estar enfocada a este principio”.
Termino esta nota reflexionando como sentirán nuestros colaboradores si les hacemos saber, que son apreciados, que son especiales, que son tomados en cuenta y que la contribución de su trabajo hace a su
empresa más competitiva y exitosa. ¡decirle a un colaborador que es importante! no cuesta nada y si se recibe mucho a cambio.
