Al amigo que en apuro está, no mañana, sino ya.
Al amigo reconciliado, con un ojo abierto y el otro cerrado.
Al amigo y al caballo, no hay que cansarlo.
Al amo listo y avisado, nunca lo engaña el criado.
Al asno lerdo, arriero loco.
Al barrigón, no le vale faja.
Al bien, buscarlo, al mal espantarlo.
Al buen callar, lo llaman Sancho.