EFE
ROMA, ITALIA.- La alerta en Italia es alta tras las nuevas amenazas del grupo terrorista Brigadas Abu Hafs Al Masri de atentar en el país si no se retira de Irak, por lo que se ha redoblado la vigilancia en aeropuertos y lugares claves en Roma, como el Vaticano, la presidencia del Gobierno y la embajada de Estados Unidos.
Las Brigadas de Abu Hafs Al Masri, que se atribuyeron los atentados del 11-M de Madrid, han amenazado a Italia con atentados “que la harán ver el infierno” si no retira de Irak antes del 15 de agosto a los 2,700 militares allí desplegados.
Aunque el Gobierno considera que es una “campaña mediática”, la preocupación es visible sobre todo en el ministerio de Interior.
“Estamos haciendo lo máximo, pero un atentado nunca se puede excluir. Sobre todo porque el terrorismo islámico no es una estructura vertical, sino muchas células autónomas. El peligro puede venir incluso de individuos que actúen en solitario”, afirmó el subsecretario de Interior, Alfredo Mantovano.
Mantovano coincidió con el ministro de Interior, Giuseppe Pisanu, en que se trata de una campaña mediática, pero precisó que “tantas proclamas son una invitación a pasar a la acción”.
El político no escondió su preocupación y pidió a los ciudadanos que no caigan en el pánico, que es -dijo- uno de los objetivos de los terroristas.
Tanto Pisanu como Mantovano han reiterado que el nivel de alerta en Italia sigue siendo alto y que se mantiene la máxima vigilancia.
A este respecto, el subsecretario precisó que “estamos trabajando tanto en defensa como en ataque” y que se siguen protegiendo los algo más de nueve mil objetivos considerados “de riesgo”.
Un total de 12 mil agentes, entre policías y carabineros, junto a otros cuatro mil militares, vigilan esos nueve mil “objetivos sensibles”, entre ellos los edificios públicos, museos, catedrales, estaciones, aeropuertos, las embajadas extranjeras y los centros culturales, así como las compañías aéreas.
También vigilan las conducciones de agua, los tendidos eléctricos y la red de transmisiones.
Tras las amenazas de el sábado, la seguridad ha sido reforzada en Roma, según asegura ayer el diario romano “Il Messaggero”, que escribe que la capital es una ciudad “blindada” y que se ha redoblado la vigilancia en el Vaticano, palacio Chigi (sede de la presidencia del Gobierno), el aeropuerto de Fiumicino y la embajada de Estados Unidos.