AP
KABUL, AFGANISTÁN.- Más de 100 mil soldados afganos y de las fuerzas de seguridad se hallaban en máxima alerta desde ayer, la víspera de las primeras elecciones presidenciales directas después de más de dos décadas de guerra.
Si bien no hubo ataques en gran escala, las fuerzas de seguridad frustraron un atentado masivo con un camión dinamitado en la ciudad meridional de Kandahar. Un alto funcionario afgano dijo que la bomba podría haber matado a centenares de personas y habría alterado el proceso electoral en la región meridional del país.
La falta de otro atentado por parte del Talibán o de los combatientes de Al Qaeda fue una buena noticia en un país como Afganistán, que enfrenta hoy una enorme tarea en la realización de la primera elección democrática de su historia.
“Todo el mundo se siente optimista acerca de esta elección”, dijo el teniente Ken MacKillop, portavoz de las fuerzas internacionales de pacificación. “Hemos estado colaborando estrechamente con la policía y el Ejército de Afganistán para asegurarnos de que el entorno de Kabul y el resto del país disfruten de la mayor seguridad posible”.
No obstante, una confusión entre dos grupos de fuerzas armadas -cada una de los cuales creía que la fuerza opuesta era rebelde- ocasionó una batalla de una hora que dejó un saldo de cuatro soldados muertos y cuatro heridos, dijo ayer un alto funcionario afgano.
El choque entre los soldados del Ejército, que entregaban material para las elecciones, y milicianos leales al Gobierno, ocurrió ayer en un bastión del Talibán en el sur de la provincia de Helmand, dijo el gobernador de la provincia, Sher Mohammed Akhundzada.