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Regasificación

Sergio Sarmiento

“Se dan buenos consejos, pero no juicio para sacar provecho de ellos”.

François de La Rochefoucauld

TIJUANA, B.C.- En el noroeste del país no hay gas natural. Ésta es también una de las regiones que, por su clima extremo, como se aprecia en Mexicali, requiere un mayor aprovisionamiento de electricidad.

Todo esfuerzo que permita contar con mayores cantidades de gas hará posible también contar con una mayor provisión de electricidad, a un costo más barato y con un menor deterioro del ambiente debido a la limpieza del combustible frente al combustóleo que se emplea en las termoeléctricas tradicionales.

Y, sin embargo, los políticos siguen imponiendo restricciones a las inversiones que podrían proveer de gas natural a la región. Parecería que su objetivo es reducir la competitividad de México y de la región. Apenas en marzo pasado el Gobierno bajacaliforniano expropió los terrenos que la empresa Marathon Oil había adquirido en Tijuana para el establecimiento de una planta regasificadora: o sea, una instalación que podría recibir gas natural licuado y gasificarlo para su distribución y empleo como combustible.

El Gobierno del estado optó por expropiar esos terrenos porque la empresa Marathon tenía ya todos los permisos técnicos y ambientales necesarios y para detener la operación era necesario recurrir a una medida extrema. Me imagino que Marathon pudo haber solicitado un amparo, pero los ejecutivos de la empresa simplemente prefirieron llevarse su dinero a otros lugares más deseosos de contar con desarrollo y empleos.

Hay otros proyectos de regasificación que se están proponiendo para la zona norte de Baja California. Sempra Energy y Shell están buscando la instalación de plantas en el municipio de Ensenada. La Chevron-Texaco está impulsando una planta en el mar, a 14 kilómetros de la costa de Tijuana. Cualquiera de estos proyectos permitiría aumentar el abastecimiento de gas natural a Baja California y facilitaría por lo tanto el crecimiento de la generación de electricidad en la región.

El problema es que algunos grupos de supuestos ambientalistas y nacionalistas parecen empeñados en rechazar cualquier tipo de proyecto productivo. A las propuestas de Sempra y Shell se les cuestiona la construcción de instalaciones en la costa. A la de Chevron se le ha criticado porque produciría “contaminación visual” o porque sus luces podrían generar confusión en las aves nocturnas. Los mexicanos no podemos permitir, sin embargo, que los políticos sigan jugando de esta manera con nuestro bienestar.

El gas es el combustible más limpio que existe en la actualidad, por lo que los mexicanos tenemos que aprovechar todas las oportunidades que tengamos para usarlo. El gas es un combustible particularmente importante para la nueva generación de plantas de electricidad de ciclo combinado que producen más energía, a menor costo y con una menor contaminación. Las cifras de British Petroleum señalan que México, por falta de exploración, ha agotado el 80 por ciento de sus reservas de gas en los últimos 20 años. México se quedará sin reservas en el año 2012.

En el noreste del país la solución radica claramente en el desarrollo de los enormes depósitos de la cuenca de Burgos. Por eso constituyen un golpe tan fuerte para México los esfuerzos que están haciendo los políticos del PRI para echar para atrás los trabajos de explotación que actualmente se están llevando a cabo ahí al amparo de contratos de servicios múltiples con empresas privadas.

En el noroeste del país, que no cuenta con yacimientos de gas, la solución consiste en importar el producto líquido y regasificarlo para su uso y distribución. De hecho, los proyectos que se están planteando permitirían no sólo cubrir con las necesidades locales para este combustible sino exportarlo a Estados Unidos. México no puede darse el lujo de seguir cerrando las puertas a la inversión productiva. Los políticos y ambientalistas que ya tienen empleos, pagados por los contribuyentes de México y otros países, están empeñados en impedir que el resto de los habitantes de nuestro país puedan obtener empleos y gozar de una mejor situación económica.

Lo paradójico es que la resistencia de los supuestos nacionalistas sólo ha servido para deteriorar la soberanía de nuestro país, al reducir nuestra capacidad productiva y el ingreso de los mexicanos. Y el radicalismo de los ambientalistas mantiene las viejas plantas de generación de electricidad, que no sólo contaminan más sino que producen una electricidad de peor calidad y más cara.

Apagón

En el debate que tuvieron la semana pasada los candidatos Jorge Hank y Jorge Ramos para la presidencia municipal de Tijuana el punto más señalado fue un apagón de media hora. Estas fallas se están haciendo cada vez más comunes. Correo electrónico:

sergiosarmiento@todito.com

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