El equipo brasileño cuenta en sus filas con el regatista Robert Scheidt, único y leyenda viva del deporte de vela.
13 de agosto 2004.
Atenas, (EFE).- Los regatistas brasileños y argentinos parten como favoritos entre la legión latinoamericana para lograr medallas olímpicas en los Juegos de Atenas 2004 que mañana comenzarán en la bahía ateniense.
El equipo brasileño cuenta en sus filas con dos regatistas únicos, leyendas vivas del deporte de la vela que aspiran, una vez más, a colgarse la medalla de oro. Robert Scheidt se ha convertido en una autoridad en el manejo del Láser, como lo atestiguan el oro logrado en Atlanta'96, la plata de Sydney 2000 y los tres títulos mundiales, más un subcampeonato, que atesora.
Evidentemente, no lo tendrá fácil, pues sus rivales harán lo posible para que no logre su objetivo de colgarse su segundo oro olímpico, pero la calidad de Scheidt le convierte en el favorito número uno, más tras el cambio de embarcación del hasta Sydney su más encarnizado rival, el británico Ben Ainslie, ahora en Finn.
Si Scheidt es una leyenda, Torben Grael no lo es menos. Muy solicitado como táctico para la Copa América, Grael ya posee, una medalla de oro, clase Star en Atlanta'96, una plata, Soling en Los Angeles'84, y dos bronces, en Star en Seúl'88 y Sydney 2000. Es, por ello, el atleta más laureado de Brasil y el que acumula mayor número de participaciones olímpicas.
Torben Grael, que forma pareja con Marcelo Ferreira, no lo tendrá fácil en Atenas, pues deberá enfrentarse a navegantes de la categoría del estadounidense Paul Cayard, otro habitual de la Copa América, o los actuales campeones del mundo, los suecos Fredrick Loof y Anders Ekstrom.
Brasil también tiene depositadas sus esperanzas en Joao Signorini, en la clase Finn, noveno en el último mundial y, especialmente, en Ricardo Santos, en Mistral, que logró el subcampeonato del mundo en Tailandia para sorpresa de muchos.
Argentina aparece como la otra potencia latinoamericana en estos Juegos. Santiago Lange y Carlos Espínola, en la clase Tornado, en uno de los equipos con más garantías de lograr un oro para su país.
Los dos ya atesoran experiencia olímpica, especialmente el segundo, que ya cuenta en sus vitrinas dos medallas de plata, logradas en Mistral en los Juegos de Atlanta 96 y Sydney 2000.
Su asignatura pendiente, el oro, podría quedar aprobada en Atenas, pues junto a Santiago, décimo en Sydney con el catamarán, forman una pareja muy consistente y compenetrada que ya ha dado sus primeros frutos en forma de título mundial logrado en las aguas españolas de El Arenal, además del tercer puesto logrado también en España, concretamente en los mundiales de Cádiz.
Javier Conte vuelve a competir en 470, clase con la que logró el bronce en los juegos australianos. El, junto a Juan de la Fuente, podrían volver a repetir podio pese a que sus últimos resultados no les han acompañado.
En esa misma clase, pero en categoría femenina, se encuentra María Fernanda Sesto y Paula Reinoso, decimotercera en la clasificación de la ISAF cuentan con sus posibilidades de alcanzar alguno de los cinco primeros puestos.
Otra medallista que repite suerte es Serena Amato, bronce en Sydney con la clase Europa y dispuesta a sumar un nuevo galardón.
El equipo mexicana también cuenta con sus opciones en estos Juegos. Tania Elías Calles Wolf ha afinado mucho su preparación en los últimos tiempos, lo que la ha llevado al undécimo puesto de la ISAF. Su lugar natural está entre los diez primeros con claras opciones de colarse en un puesto por las medallas.
Puerto Rico, con Enrique Figueroa y Jorge Hernández en la clase Tornado, podría llevarse una alegría. El octavo lugar de Sydney es claramente mejorable para esta pareja, que en los últimos meses ha mejorado su rendimiento en esa difícil y espectacular embarcación.