El director Renny Harlin aún se recupera de las lesiones sufridas luego de ser atropellado al terminar la cinta
SUN-AEE
Los Ángeles, EU.- El director Renny Harlin ha filmado en terrenos peligrosos y en toda clase de condiciones sin sufrir algún percance, pero fue atropellado en Roma; lo extraño no es que ocurriera cuando caminaba por la banqueta de una calle tranquila, sino que recién había terminado la filmación de la precuela El Exorcista: el Comienzo, que ayer se estrenó en todo México.
?No es casualidad?, considera Harlin, tomando en cuenta que de El Exorcista, de William Friedkin (1973), se conocen situaciones y accidentes extraños a lo largo de la producción, entre ellos la muerte de uno de los actores, Jack McGowran, días después de filmar el fallecimiento de su personaje.
?No sé si sea maldición pero cuando lidias con este tipo de poderes, el demonio, la religión, pienso que lo haces con algo que no debes tomar a la ligera; aunque de todos modos siempre quise hacer una película que tratara de derrotar al demonio, y con esto creo que me coloco del lado de los buenos.
?Definitivamente recordaré esto por el resto de mi vida, porque sólo a dos semanas de rodar estuve en el hospital por dos semanas; fue algo extraño considerando que he hecho películas en todas las condiciones y de pronto, nada más caminar por la calle, casi muero?, explica Renny Harlin, vía telefónica desde Los Ángeles y todavía con puntadas y tornillos en el cuerpo, a raíz del accidente.
Para El Exorcista: el Comienzo, primero fue contratado John Frankenheimer pero renunció antes de morir; luego Paul Schrader pero su versión no gustó, y al final, Harlin aceptó y terminó el reto por ser, como él mismo se llama, ?o muy valiente o lo suficientemente estúpido?.
Para el finlandés, a quien tal vez recuerden por películas como Riesgo total , pisar terrenos ya recorridos por William Friedkin, cuyo largometraje es considerado uno de los más grandes en el género de terror por explotar la presencia del demonio al extremo y en el tema de la posesión satánica y terror religioso, el reto resultó diabólicamente difícil.
?Y todavía más en una precuela; porque en una secuela haces una película con el mundo de hoy, gente común de la sociedad actual, y cuando haces una precuela tienes que situarla en un tiempo y lugar, África en este caso, y no es fácil; además tuvimos poco tiempo.
?Amamos la película original y queríamos dar la impresión de cómo se conectaban los personajes y la historia con la cinta de 1973, ¿cómo evalúo mi trabajo? Sé que puse toda mi energía e intenté hacer una película tan interesante y poderosa como fuera posible, pero al mismo tiempo siempre piensas, ?si pudiera hacerla de nuevo haría esto y esto mejor, si tuviera más tiempo??.
Y si en la primera lo que existe es mucho vómito, lenguaje agresivo y algo de terror sicológico, en esta precuela Harlin ofrece un balance entre esto y personajes con problemas comunes y la sorpresa que pueden dar todos los recursos cinematográficos.
?La primera tiene ya 30 años y el lenguaje en el cine ha cambiado; ¿cómo ofreces algo nuevo, tanto para quienes no han visto la primera como para aquellos que la consideran una religión??, se pregunta Harlin.
Mientras, lo que recomienda el director es que vean El Exorcista: el Comienzo, con mente abierta. ?Y que la disfruten como el filme de alguien que admira la primera película... y que quiso respetarla?.
La leyenda en torno del El Exorcista, según contaron los allegados, comenzó a forjarse durante el rodaje en 1973, pues explicaron que las condiciones de trabajo resultaron muy complicadas, comenzando por el escenario: la habitación de Regan (Linda Blair).
En dicho sitio se desarrolló la mayor parte de la película, misma que fue construida dentro de una cámara de refrigeración para que se pudiera ver el vaho de los actores saliendo de sus bocas al respirar.
Se cuenta que el director William Friedkin disparaba armas de fuego en el set e incluso llegaba a golpear a los actores para conseguir los estados de ánimo que deseaba para cada toma.
El rodaje, asimismo, estuvo rodeado de todo tipo de accidentes y tragedias que elevaron el presupuesto del filme, desde los cinco millones de dólares iniciales a los más de 12 millones que terminó costando.
Un total de nueve personas relacionadas directa o indirectamente con la película murieron durante su producción, incluido el actor Jack MacGowran, quien interpretaba al director de cine, amigo de la madre de Regan.
Además, uno de los decorados ardió durante un fin de semana, sin que fuera posible establecer el origen del incendio.
La reacción que provocó entre los espectadores una vez que se estrenó, el 26 de diciembre de 1973, se tradujo en inmensas colas en torno de los cines, muchos se desmayaron o incluso, huyeron durante la proyección.
El éxito de El Exorcista supuso una trasformación radical en el cine de terror. Los efectos especiales, visuales y de maquillaje totalmente inusitados para su época, fueron imitados hasta la saciedad por producciones posteriores y se convirtieron en clichés cinematográficos.
