Llama Alí Sistani a todos los fieles para que marchen a Nayaf y eviten el derramamiento de sangre.
EFE
BAGDAD, IRAK.- Los clérigos han echado mano ayer a sus recursos a fin de movilizar a la comunidad shii para que marche hacia Nayaf en respuesta al llamamiento de su máximo líder, el ayatolá Alí al Sistani, mientras en la ciudad santa seguía el asedio a los milicianos.
El llamamiento de Alí al Sistani, quien ayer regresó a Irak de manera inesperada tras algo más de tres semanas de ausencia, fue recibido por la comunidad shii del país como si se tratara de una orden.
Al poco rato de producirse el llamamiento del líder shii iraquí con mayor influencia, los clérigos de mezquitas y las autoridades religiosas de Bagdad, y de las mayores ciudades del sur del país iniciaron los preparativos para movilizar a los fieles.
“Estamos organizando el transporte para movilizar al mayor número de personas, aunque ya hay gente que ha partido hacia Nayaf”, dijo Ahmed Shia Al Bharak, miembro de Legislativo iraquí y del Consejo Político Shii.
Similares preparativos a los que se hacían en Bagdad, realizaban los acólitos del ayatolá Al Sistani en las ciudades de Kerbala, Hilla, Basora, Nasiriya y Diwaniya, en las que a lo largo de las últimas tres semanas se han recrudecido los enfrentamientos entre la milicia de Muqtada al Sadr y la Policía iraquí, apoyada por la Fuerza Multinacional.
“La gente se trasladará en unas horas a Nayaf para secundar el llamamiento del ayatolá Alí al Sistani”, dijo Abdul Mahdi Al Karbalae, representante en Kerbala del máximo líder shii.
Antes de poner pies en la ciudad de Basora, escenario de nuevos choques entre leales al clérigo shii Muqtada al Sadr y las fuerzas de seguridad, el ayatolá Al Sistani instó a los iraquíes a que marcharan hacia Nayaf para detener el derramamiento de sangre.
La venerada mezquita del Imán Alí Ben Taleb, en el corazón del casco antiguo de Nayaf, es desde el pasado cinco de agosto el epicentro de la crisis que ha puesto en entredicho la autoridad del Gobierno interino iraquí.
A pesar de los contundentes ataques de las fuerzas de Estados Unidos, y de las amenazas y promesas de reconciliación hechas por el Gobierno, Al Sadr y su Ejército del Mehdi, continúan teniendo en sus manos el sagrado mausoleo, lugar de peregrinación para los cerca de 120 millones de shiies de todo el mundo.
A continuación del llamamiento efectuado por Al Sistani, Al Sadr, en paradero desconocido desde el pasado 15 de agosto, efectuó otro similar a sus seguidores.
“Este es un llamamiento separado al que ha hecho el ayatolá Al Sistani”, apuntó Mahmoud Al Soundani, miembro de la representación de Al Sadr en Bagdad.
El portavoz precisó que el llamamiento de Al Sadr para marchar sobre Nayaf fue planeado antes de que Al Sistani hiciera el suyo cuando iba de camino hacia Basora, ciudad a la que llegó vía Kuwait, y después de viajar desde Londres, donde recientemente fue sometido a una intervención quirúrgica por una dolencia en el corazón.
El entorno de Al Sadr, joven clérigo cuya estatura política ha crecido a partir de la invasión de Irak, mantiene tensas relaciones con las autoridades religiosas encabezadas por el ayatolá Al Sistani
Avisado del regreso de Sistani, el Ejército del Mehdi decidió suspender la lucha en la ciudad santa y en el resto de Irak.
“El Ejército de Mehdi ha decidido suspender las operaciones militares en el sur de Irak en cortesía a su pronta llegada”, dijo Aws Al Khafaji, uno de los portavoces de Al Sadr y destacado mando de la milicia shii, al canal qatarí de televisión Al Yazzera.
El mismo Al Sistani, según sus ayudantes, tiene previsto trasladarse hoy jueves a Nayaf, en torno a cuya gran mezquita donde continuaron ayer los tiroteos.
Con la milicia shii controlando aún el mausoleo, la Policía iraquí detuvo al jeque Alí Smeisim, uno de los principales ayudantes de Al Sadr, y a otros cuatro destacados miembros de su entorno.
Alí Smeisim, según la radio iraquí Dijla, fue detenido en posesión de algunos objetos que deberían estar depositados en la venerada mezquita del Imán Alí Ben Taleb, que custodian los combatientes del Ejército del Mahdi desde que el pasado abril estalló la primera insurrección shii.
