EFE
Moscú, RUSIA.- La nave Soyuz TMA-3, tripulada por un astronauta estadounidense, un ruso y un holandés, aterrizó hoy, viernes, en las estepas de Kazajistán, en Asia Central, casi tres horas y media después de abandonar la Estación Espacial Internacional (ISS).
La cápsula había salido de la ISS a las 00.52 horas de Moscú (20.52 GMT del jueves), según el Centro de Control de Vuelos Espaciales ruso (CCVE), y llegó a Kazajistán a las 04.11 horas (00.11 GMT).
El aterrizaje, que se produjo sin incidencias cerca de la ciudad kazaja de Arkalik, fue recibido con aplausos en el Centro de Control, situado en la localidad rusa de Koroliov, al noreste de Moscú.
El estadounidense Michael Foale y el ruso Alexandr Kaleri regresaron a la Tierra tras permanecer seis meses en la ISS, donde realizaron experimentos, caminatas espaciales y reparaciones.
El holandés André Kuipers, de la Agencia Espacial Europea (ESA), permaneció los últimos nueve días en la ISS encargado de la misión científica Delta.
En la ISS quedan ahora, hasta dentro de seis meses, el ruso Guennadi Padalka y el estadounidense Michael Fincke, integrantes de la novena expedición, que relevaron a Foale y a Kaleri la semana pasada al llegar a la Estación en la Soyuz TMA-3 junto con el astronauta holandés.
Un representante de la ESA dijo el jueves que Kuipers no pudo concluir todas las pruebas técnicas previstas en la misión Delta por fallos en los equipos e instrumentos, aunque “culminó los experimentos médicos, biológicos y los programas educativos previstos”.
Durante 195 días, Foale y Kaleri completaron la octava misión en la historia de la Estación Espacial Internacional, que incluyó “un programa científico y trabajos de mantenimiento y realizó una caminata espacial”, dijo el jueves Víctor Blágov, director adjunto del CCVE El programa científico incluyó más de 40 experimentos astronómicos, geofísicos, médicos y biológicos, entre ellos la obtención de la segunda cosecha de guisantes cultivados en condiciones de ingravidez.
Además, en febrero Foale y Kaleri protagonizaron una arriesgada salida al espacio en la que, por primera vez, la ISS quedó sin tripulación.
Pero un fallo en el sistema para regular la humedad en el traje espacial de Kaleri obligó a los astronautas a regresar a bordo de la ISS antes de lo previsto.
Durante casi cuatro horas en el espacio abierto, Foale y Kaleri completaron la mitad de las tareas previstas, incluida la instalación de un maniquí para medir los efectos de la radiación en los tejidos del cuerpo humano.
Los astronautas también desmontaron del casco de la ISS muestras correspondientes a un experimento ruso-nipón para estudiar la resistencia de materiales al efecto de la energía solar.
Sin embargo, los cosmonautas no pudieron instalar un instrumento para controlar las maniobras de acoplamiento del vehículo automático de carga ATV, que la ESA planea incorporar a la ISS el año próximo.
Durante su misión espacial, Foale y Kaleri tuvieron que afrontar varias situaciones imprevistas, desde fallos de los sistemas vitales hasta ruidos extraños cuya naturaleza todavía no se ha podido aclarar.
En enero, los cosmonautas solucionaron una disminución de la presión atmosférica a causa de una grieta en el aislamiento de una manguera de drenaje de una ventanilla del módulo norteamericano Destiny.
En marzo, arreglaron el sistema que genera oxígeno en el módulo ruso de la plataforma espacial.
“El trabajo desempeñado por la octava expedición fue excelente, y Padalka y Fincke recibieron la ISS funcionado adecuadamente”, subrayó Blágov.
Durante su estancia en la ISS, Padalka y Fincke deben realizar al menos 80 pruebas y experimentos científicos y dos caminatas espaciales, y recibirán dos naves de carga Progress.
Planean misiones en Marte
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos está a un poco más de un año de detallar su próximo gran paso en las misiones a la Luna y Marte, pero las empresas del sector aeroespacial están listas para competir por contratos lucrativos.
Casi todas las grandes compañías aeroespaciales ya tienen una idea clara de cómo serían los cohetes que impulsarían las misiones más allá de la órbita terrestre.
“Esperen lo conocido” fue la frase de moda entre los representantes de la industria aeroespacial que asisten al Cuadragésimo Primer Congreso del Espacio, que se realiza en la localidad de Cabo Cañaveral, en el estado norteamericano de Florida, sede del Centro Espacial Kennedy.
En lugar de un programa para producir un nuevo “supercohete”, como el gigantesco Saturno V de la década de 1970, esta nueva iniciativa muy probablemente utilice la tecnología conocida de los transbordadores espaciales y los cohetes no recuperables que ya son imágenes conocidas en la costa de Cabo Cañaveral.
Representantes de Boeing Company y Lockheed Martin Corporation dijeron que sus compañías están en la búsqueda de un nuevo diseño de cohetes, pero estuvieron de acuerdo en que la construcción de nuevos sistemas partiendo desde cero, incluidos la planta de fabricación y las instalaciones para el lanzamiento que se necesitarían, podrían resultar prohibitivos por los elevados costos.
“Claramente, uno de los desafíos es asegurarnos que quede dinero suficiente para la exploración del espacio después de haber construido un vehículo de lanzamiento”, dijo Michael Gass, vicepresidente de transportación espacial en Lockheed Martin.
“Tenemos que recordar que se trata de exploración espacial, no se trata de (las carabelas de Cristóbal Colón) La Niña, La Pinta y La Santa María”, explicó Gass.
Uno de los puntos principales de la propuesta del presidente George W. Bush era que la iniciativa, a diferencia del programa Apolo, avanzaría con sólo pequeños y estables incrementos del presupuesto anual de la NASA.
Los primeros años serán los más difíciles. Mientras el programa de transbordadores espaciales todavía funcione y la Estación Espacial Internacional (EEI) se encuentre en proceso de construcción, representarán el consumo de la mayor parte del presupuesto de la NASA.
Tanto Boeing como Lockheed miran a sus nuevas generaciones de cohetes no recuperables, como el Delta 4, de la Boeing, y el Atlas 5, de la Lockheed, para ver si pueden ser utilizados en el nuevo programa espacial.
El problema es que ambas compañías —junto con ATK Thiokol, una unidad de Alliant Techsystems Inc ATK.N>— tienen también equipos que trabajan para determinar si los sistemas de los transbordadores espaciales se podrían reconfigurar para hacer el trabajo.
La ventaja es que hay un edificio —uno de los mayores jamás construidos— para el ensamblaje de vehículos espaciales en el Centro Espacial Kennedy, las dos plataformas de lanzamiento del transbordador están también allí y continuarían siendo utilizadas, además de contar con los ingenieros y técnicos que han trabajado en el programa de transbordadores durante décadas.
“Tenemos que sacar todo el provecho de lo que tenemos hoy.
¿Cómo hacemos para utilizar al máximo todo lo que ya tenemos, lo que ya sabemos y lo que ya sabemos hacer?... Ya veremos”, dijo.
UN RELEVO CONFIABLE
Rusia se ha encargado de enviar tripulación y cargamento a la EEI desde que EU decidiera dejar en tierra su flota de trasbordadores después que el Columbia se desintegrara en febrero del 2003:
*Las naves rusas de un único viaje, Soyuz, no pueden llevar tanta carga como los trasbordadores estadounidenses, pero son altamente confiables.
*El trío espacial tiene previsto aterrizar a las 04.12 hora de Moscú (0012 GMT), a unos 47 kilómetros al noreste de Arkalyk en la región norte de Kustani, en Kazajstán.
*160 personas están involucradas en el operativo de rescate. Los equipos de búsqueda y rescate incluyen ocho helicópteros, dos aviones y dos vehículos todo terreno.
FUENTE: Agencias