09 de diciembre de 2004.
Puerto Príncipe, (EFE).- Una tensa calma reina hoy en Puerto Príncipe y en otras ciudades de Haití que fueron escenario de sangrientos incidentes durante los últimos días, mientras numerosas comisarías han sido tomadas por la oposición.
La actividad normal se reanudó hoy en la capital haitiana después de una jornada de violencia, aunque todavía se ven en algunas calles restos de barricadas incendiadas que fueron erigidas el domingo, lo que obligó a la oposición a cancelar su prevista marcha.
Desde hace meses, la oposición celebra manifestaciones de protestas para pedir la salida del poder del presidente Jean Bertrand Aristide ante la grave crisis política y económica del país.
El domingo, cinco personas murieron en Cité Soleil, en la periferia norte de la capital, y un número indeterminado resultaron heridas de bala, según testimonios de personas cercanas a las víctimas, que señalaron como responsables a los partidarios del Gobierno.
Desde hace 24 horas se ha cortado la comunicación telefónica con Gonaives, al norte de Puerto Príncipe.
El Frente de Resistencia Anti Aristide, que se hizo con la ciudad la semana pasada, anunció hoy a la prensa que mantienen el control del departamento de Artibonite "con sus 15 comunidades" (municipios).
Un dirigente del Frente, Dieujuste Jeanty, anunció a varios medios que "la calma reina en la ciudad" de Gonaives y que "tenemos planes y estrategias preparados para enfrentar a la Policía". Reafirmó la intención de los rebeldes de entrar en otros departamentos.
Según Jeanty, otros seis cadáveres de policías fueron hallados el domingo en la periferia de Gonaives, lo que elevaría a 20 el saldo de muertos durante el intento de la Policía de retomar la ciudad el pasado sábado. Hasta ahora, la prensa no ha podido verificar este dato.
En la vecina ciudad de Saint-Marc (norte), entre anoche y hoy se registraron tiros, según residentes contactados vía telefónica. Las fuentes agregaron que el sector comercial ha reanudado hoy sus actividades y que se mantiene el clima de tensión.
El Agrupamiento de Militantes Consecuentes de Saint-Marc (RAMICOS) opuesto a Aristide afirmó esta mañana que mantiene el control de la ciudad y que dos miembros de este grupo fueron muertos por disparos en las últimas 48 horas.
Jean Hugues Narcisse, dirigente de RAMICOS, deploró "varios actos de saqueo que hizo la población", pero llamó al mantenimiento de "movilización contra el régimen Lavalás", que dirige Aristide.
En Grand-Goave (sur) la Policía tampoco logró retomar el control de esta ciudad, según afirmaron los rebeldes a la prensa.
Varios periodistas confirmaron que la Policía realizó una breve incursión en la ciudad. Jean Yves Auguste, quien se proclamó alcalde de Grand-Goave, declaró hoy que "la población tiene aún el control de la ciudad".
Llamó a la sublevación de los pueblos vecinos, particularmente Petit-Goave, donde los periodistas constataron la presencia de patrullas de partidarios armados del Gobierno que recorren la ciudad en vehículos.
En Jacmel (sureste), la Policía tomó "medidas preventivas" para transportar hasta Puerto Príncipe un grupo de 25 prisioneros.
El director de la Administración Penitenciaria Nacional, Clifford Larose, explicó a la prensa local que esta medida está relacionada con "la situación de algunas ciudades donde bandidos armados destruyeron cárceles para liberar prisioneros".
Los encarcelados en las comisarías de Gonaives y Saint-Marc fueron liberados durante los ataques lanzados en los últimos días por la oposición.
El primer ministro, Yvon Neptune, responsabilizó a las fuerzas opositoras de los actos violentos y habló de "articulación" entre la "rama política" y la "rama armada" de la oposición.
En una entrevista ayer con Radio Solidarité, Neptune llamó a la oposición "a asumir sus responsabilidades para que se suspendan los actos terroristas" y se refirió a la promesa del Gobierno de convocar elecciones legislativas y municipales en un plazo de seis meses.
El coordinador del opositor Grupo 184, André Apaid, rechazó las acusaciones de Neptune y afirmó hoy que "somos un movimiento pacífico".
Expresó la voluntad del Grupo 184 de seguir luchando sin armas y reiteró que "Aristide perdió la legitimidad para poder representar la soberanía nacional".
