Elementos calificados como altamente peligrosos regresan en forma periódica a las celdas por diversos delitos
La reincidencia delictiva en el Centro de Rehabilitación Social No. 1 se ubicó en el nueve por ciento, cuando la media nacional se establece en el 18 por ciento, aproximadamente; los casos más frecuentes que se presentan ya involucran problemas detectados de personalidad y adicciones crónicas a drogas de abuso, indicó el director del penal, Noel Díaz Rodríguez.
Lo anterior se desprende a partir de las últimas detenciones en casos que alertaron a la población, como fue la banda de secuestradores, donde dos integrantes estuvieron internos en el centro durante varios años; el asesino de la menor Maybelin Fernanda, Jorge Ramírez Castillo, quien apenas el año pasado salió libre luego de purgar una pena por delitos contra la salud.
Otro caso reciente fue el de Martha Ignacia Ortega Marchan, que la semana pasada trató de introducir droga al penal, oculta en su cuerpo, pero fue detectada por el personal de custodios. Al estudiar sus antecedentes se descubrió que a finales de los noventas pasó tres años presa por el delito de infanticidio; ahora afronta cargos por delitos contra la salud ya que la droga estaba destinada para su esposo interno.
Realmente la reincidencia es muy baja, dijo, pero se da no en proporciones como en el Distrito Federal, que ocupa un 50 por ciento; son personas que dentro del Cereso demuestran un comportamiento intachable, pero al salir no tardan más de seis meses en volver a delinquir.
Al respecto, Iván Astorga, quien labora en el Departamento de Psicología de la institución, señaló que la personalidad de este tipo de personas muestran conductas antisociales, trastornos severos en su comportamiento, aunado al abuso de sustancias adictivas.
En su infancia padecieron de situaciones traumáticas de abuso, maltrato, acoso, incluso abandono por parte de sus padres; eso provocó conflictos internos que llegan a mostrarse tarde o temprano, generando problemas en la convivencia o al relacionarse, al punto de enfocar a la autoridad con la entidad paternal, para ellos ausente, que corrige y sanciona, señaló.
El profesionista comentó que este tipo de afecciones en la mente del delincuente tienden a surgir con mayor facilidad a partir de las drogas que desinhiben y liberan ese comportamiento, para en un momento dado causar un daño, viéndolo como un desafío a la propia autoridad.
?Todos estos casos se deben revalorar para detectar los posibles errores o áreas que no fue posible curar en la mente del ?paciente?, al grado de detectar si proviene de una falla orgánica del cerebro, hasta la presencia de conductas dañinas?.
Baja tendencia suicida en reos
Desde hace tres años se registró el último suicidio de un interno; actualmente no se han dado más casos de ese tipo, excepto lesiones que algunos reos se ocasionan para llamar la atención por diferentes circunstancias o como chantaje para que la autoridad deje de imponer algún castigo.
Iván Astorga comentó que, por el encierro y la falta de distracción, es común el estado depresivo del interno, que en pocos casos puede ocasionar problemas como privarse de la vida; sin embargo, puede generarlos el desinterés de los familiares para visitarlo y/o problemas del exterior y su imposibilidad para resolverlos.
Cada caso tiene un seguimiento específico en su evolución; por ello, los estados críticos o de alarma son fáciles de detectar para atenderlos.
Numeralia.-
-A dos mil 282 internos asciende la población actual de internos en el Cereso.
- Un promedio de 300 expedientes son estudiados para análisis de preliberación.