Aún quedan asuntos pendientes, advierten los cancilleres de México y Cuba tras dialogar durante seis horas.
SUN-AEE
LA HABANA, Cuba.- México y Cuba acordaron finalmente, después de dos meses y medio de haber llevado las relaciones diplomáticas al nivel de encargados de negocios, reinstalar a los embajadores Roberta Lajous y Jorge Bolaños Suárez para el próximo 26 de julio, día de la celebración de la Revolución Cubana.
En el mismo auditorio del Ministerio de Relaciones Exteriores donde el canciller cubano Felipe Pérez Roque responsabilizó en tono contundente a México de la crisis diplomática, y dijo que altos funcionarios mexicanos estaban interesados en la difusión de los videos de corrupción, ahora el canciller mexicano Luis Ernesto Derbez y su homólogo cubano sonreían y dejaban atrás las acusaciones mutuas.
Después de seis horas de conversación en un restaurante de esta ciudad, los cancilleres salieron a dar una conferencia de prensa conjunta en la que coincidieron en que los gobiernos de México y Cuba desean preservar una relación respetuosa basada en el principio juarista de que “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
Pero, aclararon, “no todo ha sido resuelto en esta conversación; creemos que esto es una primera señal”, precisó Pérez Roque.
“Entre amigos puede haber diferencias en algunos temas, pero se comentan, se plantean, y una vez hecha la discusión, los amigos se entienden y trabajan de manera conjunta”, señaló el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, quien al igual que Pérez Roque, a lo largo de la breve conferencia fue amable y no dejó de expresar su satisfacción por la normalización de las relaciones y su prometedor futuro.
No obstante, el canciller cubano precisó que durante su conversación no hubo retractaciones o excusas por los comentarios emitidos anteriormente; sólo se analizaron las relaciones bilaterales, en las que, coincidieron, trabajarán uno a uno los temas pendientes que aún quedan en la agenda, entre los que se encuentran el aumento de la cooperación económica y la reactivación de un acuerdo comercial que hasta el momento ha estado en suspenso.
El dos de mayo pasado el gobierno de Vicente Fox decidió retirar a los embajadores de sus sedes diplomáticas por la supuesta injerencia del gobierno cubano en asuntos internos de México.
Las declaraciones de Fidel Castro, el primero de mayo, en las que dijo que el Gobierno de México había “hecho cenizas” su política exterior, el comunicado que acompañó la deportación de Ahumada, y las actividades injerencistas de funcionarios cubanos, fueron lo que provocó que México tomara la decisión de rebajar las relaciones diplomáticas.
El 29 de mayo en Guadalajara los responsables de la política exterior se reunieron durante la Cumbre de América Latina y el Caribe-Unión Europea, y acordaron reunirse este 18 de julio para continuar las conversaciones que llevaron a la normalización de las relaciones.
En próximos días el gobierno de Cuba dará respuesta a la Procuraduría General de la República (PGR) a la solicitud del envío de las 40 horas de video restantes del interrogatorio de Carlos Ahumada cuando fue detenido en La Habana y lo hará a través de la Cancillería mexicana; así lo informó Felipe Pérez Roque, quien dijo que durante su conversación con Derbez no se habló de este tema.
Rechazó que Ahumada haya sido interrogado en la isla bajo presión o tortura, como lo ha referido en los últimos días el empresario de origen argentino.
“Miente (Ahumada), no es cierto. Podría probarlo, pero pienso que tengo como uno de los representantes de la Revolución Cubana, suficiente solvencia moral y credibilidad ante la opinión pública de México como para creer que cuando decimos que miente lo va a creer (...). No sé a qué obscuras razones obedece el que ahora cambie el testimonio”, expresó Pérez Roque, quien dejó claro que el caso Ahumada es un tema superado que no obedece a la relación bilateral actual, y corresponde a México juzgarlo, dijo.
Pérez Roque no evadió las preguntas respecto al caso Ahumada; incluso reiteró que este asunto tiene una connotación política, pero prefirió exaltar que las relaciones futuras de México serán con pleno respeto a las autoridades y leyes mexicanas.
Pendientes derechos humanos
El tema que "separa" a México y Cuba es el de los derechos humanos, afirmó el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez, después de su visita oficial a la isla para normalizar las relaciones bilaterales.
Derbez y su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque, fijaron en La Habana el retorno de sus respectivos embajadores para el 26 de julio, pero admitieron en una rueda de prensa conjunta que queda una agenda de temas "pendientes" que se discutirá en el futuro.
México decidió en mayo pasado expulsar al embajador cubano Jorge Bolaños y retirar a su embajadora en la Habana, Roberta Lajous, por considerar que el régimen cubano había realizado varios actos de intromisión en la política mexicana.
Entrevistado por la radio mexicana, Derbez dijo hoy que el arreglo al que llegó el pasado domingo con su homólogo "no fue a la fuerza" sino que ambos gobiernos entendieron "que sería importante aclarar" sus diferencias y tenerse confianza mutua.
"Ambos entendimos con claridad que el tema que nos separa" es el de los derechos humanos, en el que México no está concentrado en un sólo país sino en "la idea del mejoramiento de los derechos humanos", explicó Derbez al asegurar que Cuba "está también trabajando" en esa materia.
En abril pasado, México votó en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, a favor de un proyecto que critica a Cuba en esa materia.
El canciller mexicano expresó que la situación que enfrió la relación "ha sido aclarada" y afirmó que "ni uno ni otro pidió disculpas".
También descartó que la normalización de las relaciones sea sólo para mantener los vínculos con un perfil bajo.
"No vamos a nadar de muertito", dijo el ministro mexicano al asegurar que ambos gobiernos van "trabajar a fondo".
Manifestó que durante su encuentro con Pérez Roque no fue discutido el caso del empresario mexicano de origen argentino Carlos Ahumada, cuya detención en la isla y deportación a México detonó el enfrentamiento diplomático.
Ahumada está acusado en México de fraude por 31 millones de pesos (2,8 millones de dólares) contra el gobierno de la capital mexicana e involucrado en escándalos de corrupción que él mismo hizo estallar con la difusión de vídeos en los que se le ve dando dinero a funcionarios de la capital.
El alcalde capitalino, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, favorito en las encuestas presidenciales, asegura que el caso Ahumada fue utilizado por el Gobierno Federal para desacreditar su carrera política y bloquearle el camino a la candidatura presidencial.