Afirma Bush que las elecciones en enero son el comienzo de un proceso en Irak y enfatizó que el pueblo estadounidense debe atenderlo.
Washington, (EFE).- Las elecciones previstas para el 30 de enero sólo serán el primer paso de un largo proceso hacia la democracia en Irak, advirtió hoy el presidente de EU, George W. Bush, en su última e inesperada rueda de prensa del año.
En la serie de preguntas y respuestas, Bush abordó durante más de una hora una serie exhaustiva de temas, desde los comicios en Irak hasta el déficit fiscal, pasando por la continuidad de su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y las relaciones con Rusia.
"Ciertamente no espero que ese proceso (electoral en Irak) esté carente de problemas", resaltó Bush, quien dijo creer que los grupos insurgentes continuarán intentado "impedir el proceso democrático" y pidió paciencia a sus conciudadanos.
"Las elecciones en enero son el comienzo de un proceso y es importante que el pueblo estadounidense lo entienda", declaró Bush, en alusión a los continuos episodios de violencia en Irak.
Estados Unidos ha ampliado a casi 150.000 el número de sus tropas destacadas en Irak, frente a los 135 mil soldados desplegados hasta ahora, para contribuir a preparar el proceso electoral.
El Presidente reiteró sus últimas advertencias a Siria e Irán contra posibles injerencias en Irak y recordó que, de lo contrario, "tenemos una serie de herramientas a nuestra disposición, desde la diplomacia hasta la presión económica. Nada está descartado".
Bush reconoció que el estado de las fuerzas armadas iraquíes deja mucho que desear, pese a que la meta de EU es conseguir que sean estas tropas las que finalmente se hagan cargo de la seguridad de su propio país.
"Diría que los resultados han sido mixtos" en el adiestramiento de las tropas iraquíes y por el momento "no hay una estructura militar viable", afirmó.
"Cuando las cosas se pusieron feas, (los soldados iraquíes) abandonaron el campo de batalla; eso es inaceptable", recordó el presidente.
Pese al aumento de la violencia en Irak y las quejas públicas de algunos soldados de EEUU, que han hecho que algunos senadores republicanos pidan la dimisión de Rumsfeld, Bush le reiteró su apoyo.
El jefe del Pentágono "es una persona buena y decente. Es un tipo sensible", aseguró. "A veces su comportamiento es brusco, pero debajo de esa brusquedad hay una buena persona que se preocupa mucho de los militares y del dolor que causa la guerra", dijo Bush.
Rumsfeld "ha hecho un buen trabajo y estoy muy contento de seguir trabajando con él", sostuvo el presidente.
Continuando en el terreno nacional, Bush predijo que el desempeño de la economía en el 2005 será bueno y se comprometió a mantener la disciplina fiscal en el presupuesto para el próximo año fiscal, que debe presentar al Congreso en febrero.
Este presupuesto "se ajustará a los tiempos actuales" y "proveerá de todos los recursos necesarios a los militares", pero también será responsable, aseguró el presidente.
Bush renovó su promesa de recortar "a la mitad" en cinco años el déficit fiscal, actualmente en 412.550 millones de dólares.
Pero también estableció como una de sus prioridades para el año próximo la reforma del sistema de pensiones que, de continuar como hasta ahora, empezará a ser deficitario en 2018.
Bush evitó explicar cómo piensa hacer frente al gasto que supone su privatización parcial, algo que sus críticos consideran que contribuirá a elevar aún más el déficit fiscal, y se limitó a subrayar que "es una decisión que presentará alternativas difíciles".
En ocasiones anteriores, el Presidente había declarado que no subirá los impuestos para sufragar la reforma. La Casa Blanca ha insinuado que se recurrirá al endeudamiento.
Bush también pasó revista a la situación en Oriente Medio, donde el 9 de enero se celebrarán elecciones en los territorios palestinos, y repitió su convencimiento de que existe una oportunidad para avanzar en el proceso de paz.
Igualmente, Bush se comprometió a mantener sus "buenas relaciones personales" con su colega ruso, Vladimir Putin, pese a que EU ha expresado su preocupación sobre la situación de la prensa y de la oposición política en Rusia y la creciente influencia de ese país en Ucrania.
"Evidentemente tenemos ciertos desacuerdos (...) pero ésta es una relación importante y vital", aseguró Bush.