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Relata Castro detalles de su operación

Durante la intervención, "continuó recibiendo informaciones, dando instrucciones sobre el manejo de la situación creada con el imprevisto accidente".

La Habana, (EFE).- Fidel Castro no descansa ni siquiera durante las intervenciones quirúrgicas, tal como relata él mismo en una carta dirigida a sus compatriotas para explicar los detalles de su caída y de la operación a la que fue sometido de urgencia.

El presidente cubano, de 78 años, sufrió una caída que le provocó la rotura de la rótula en la rodilla izquierda -que precisó una operación inmediata- y una fisura en el húmero del brazo derecho, durante un acto multitudinario en Santa Clara, frente al Mausoleo del guerrillero cubano-argentino Ernesto "Che" Guevara, en la noche del pasado miércoles.

Tal como hiciera hace dos años, cuando explicó en "Crónica para un reposo" los detalles de un retiro obligado por la picadura de un insecto que le provocó una "linfagitis" en la pierna izquierda, Castro dirigió una "carta a sus compatriotas" para comentar su caída y la intervención quirúrgica a la que fue sometido.

"La rótula estaba fragmentada en ocho pedazos", explicó el líder cubano en la carta divulgada anoche por la televisión local.

"De común acuerdo, los especialistas y el paciente decidimos proceder a la inmediata operación de la rodilla e inmovilizar el brazo derecho con un sencillo cabestrillo", señaló.

La intervención se prolongó durante tres horas y quince minutos y los médicos realizaron un "trabajo de orfebrería", apuntó Castro, para unir los fragmentos de su rótula, y luego enyesar su pierna.

"El paciente -continuó el relato en tercera persona- le solicitó a los médicos que no le aplicaran ningún sedante y utilizaron anestesia por vía raquídea", para adormecer sólo la parte inferior del cuerpo.

"Dadas las circunstancias actuales, era necesario evitar la anestesia general para estar en condiciones de atender numerosos asuntos importantes", subrayó.

Durante la intervención, "continuó recibiendo informaciones, dando instrucciones sobre el manejo de la situación creada con el imprevisto accidente".

"Realmente compatriotas, ha sido una experiencia inolvidable. Los especialistas y el paciente analizaron y coordinaron perfectamente bien lo que debía hacerse en las circunstancias concretas que está viviendo el país y sin perder un solo minuto", añadió.

"Desde el mismo instante de la caída, no he dejado de atender las tareas más importantes que me corresponden, en coordinación con todos los demás compañeros", insistió el presidente cubano, que dejó claro en esta carta que el incidente no le ha distraído ni por un momento de sus deberes con la revolución que lidera desde 1959.

Antes de entrar en detalles sobre la operación, Castro relató que, tras bajar por la escalera que conducía a la tribuna donde pronunció su discurso, no se percató de la existencia de un escalón, pisó en el vacío y cayó, protegiéndose con los brazos para amortiguar el golpe, "por puro instinto".

"No se podía culpar a nadie, era absolutamente mía la responsabilidad", reconoció.

El presidente no dejó de mencionar que no se pudo conseguir el todoterreno que había solicitado para abandonar la plaza del "Che" y fue trasladado en su Mercedes a una casa de protocolo en Santa Clara, unos 275 kilómetros al este de la capital cubana, donde recibió las primeras atenciones.

Posteriormente, fue conducido en ambulancia a La Habana, acompañado de varios miembros de su equipo médico y algunos de sus colaboradores.

Ni siquiera descansó en el trayecto: "nos pusimos a trabajar en el camino. Llamamos a nuestra oficina y a diversos compañeros para que suministraran información sobre las reacciones internacionales y comunicarles con precisión lo ocurrido".

Las instrucciones no fueron dirigidas únicamente a sus colaboradores más cercanos, porque, en su mensaje, Castro recordó que "cada uno de los revolucionarios cubanos saben lo que debe hacer en cada instante". Por tanto, "hagámoslo", dijo.

"Evoluciono bien y no dejaré de comunicarme con ustedes", apuntó el comandante, que agradeció también las muestras de solidaridad recibidas, como la del líder venezolano, Hugo Chávez, su principal amigo y aliado en América Latina, quien apenas unos minutos después del incidente le telefoneó para interesarse por su estado.

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