EFE
FORT LIBERTÉ, HAITÍ.- Los infantes de Marina españoles que se sumarán a la Minustah avanzan en la instalación de su campamento provisional en las ruinas de un antiguo fuerte en Fort Liberté (noreste) donde relevarán en breve a las tropas chilenas.
Unos ochenta componentes de la fuerza española se reunieron ayer al amanecer en Fort Liberté para repartir las tareas del día después de que un convoy de varios camiones partiera hacia Cabo Haitiano para recoger más material del buque “Castilla”.
Doscientos infantes de Marina españoles llegaron el pasado jueves al puerto de Cabo Haitiano para desplegarse en Fort Liberté y Ouanaminthe, dos localidades fronterizas con la República Dominicana.
Los dos helicópteros del buque “Castilla” aterrizaron ayer varias veces en la base, a quince minutos del barco, para descargar materiales y agilizar el montaje del campamento, donde ya hay dos generadores de electricidad y ayer llegó una planta potabilizadora.
El coronel de la Fuerza de Infantería de Marina Expedicionaria, Javier Hertfelder, dijo ayer que se espera que el grueso del personal se traslade a Fort Liberté el día dos y que el tres esté en el campamento todo el material.
En una visita a Fort Liberté, Hertfelder contó que la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Minustah) ha proporcionado dos camiones a la fuerza española, con lo que se acelerará el desplazamiento de la carga.
Aunque Fort Liberté está a sólo 55 kilómetros de Cabo Haitiano, las malas condiciones de la carretera y la presencia de cableado a bajo nivel que topa con los contenedores está ralentizando los movimientos.
Las tropas españolas permanecerán en este campamento provisional alrededor de un mes o mes y medio, para después trasladarse al edificio de Aduanas de Fort Liberté, donde dejarán una parte para el personal haitiano de la institución.
“Este sitio no ofrece seguridad en caso de temporal”, advirtió Hertfelder refiriéndose al istmo donde se distribuyen actualmente las tiendas y equipos de la fuerza española.
Una vez que descargue todos los materiales, el buque “Castilla” zarpará del puerto de Cabo Haitiano entre el dos y el cuatro de noviembre, aunque permanecerá un tiempo en aguas territoriales de Haití.
En el istmo que acoge actualmente a las tropas españolas ya están instalados los equipos de comunicaciones, puesto de socorro, y han llegado los contenedores de cocina.
Dos matrimonios, uno chileno, y otro rumano, se encargarán a partir del próximo lunes de cocinar para los infantes de Marina, según reveló Miguel Ángel Díaz, encargado de personal y alimentación.
Esperaban que ayer llegara al campamento desde Cabo Haitiano una columna con seis camiones, y por la tarde otra de cinco.
La presencia del contingente español en Fort Liberté ha despertado la atención de sus habitantes, que se acercan por decenas a observar los trabajos de los infantes de Marina.
“La gente nos mira con curiosidad”, comentó el comandante de apoyo logístico Alejandro Humanes, mientras señala una escuela muy próxima al campamento.
El sol abrasador hace temer quemaduras en la piel dadas las largas jornadas, comentó el comandante Fernando Dodero, y ha motivado que se acorten los turnos de vigilancia a la entrada del campamento.
Dodero ya se reunió con el obispo, el alcalde y el secretario de la delegación nordeste “para presentarles nuestros respetos”, además de con autoridades civiles como el ex senador haitiano Myll F. Calixte.
A la fuerza española, que relevará en la zona a las tropas chilenas, se sumará en los próximos días un contingente marroquí.
“No calculo más de diez días para que asumamos los cometidos de los chilenos”, apuntó el coronel Hertfelder.
El contingente militar de Marruecos partió el pasado 22 de octubre y estará integrado en un batallón hispano marroquí bajo mando español.
Los infantes de Marina españoles permanecerán de cuatro a seis meses en el país y después serán relevados.