El Colegio de Ingenieros Petroleros de México, al que pertenece el nuevo director general de Pemex, Luis Ramírez Corzo, abona su “comprobada ética profesional”, para salir al paso de los señalamientos que la ponen en duda.
En sentido semejante, la Asociación de Ingenieros Petroleros de México, amén de ofrecerle su apoyo “incondicional”, establece que su honestidad (y su capacidad de liderazgo) “son motivo de ejemplo para todos los trabajadores petroleros”. Y allí está precisamente la cuestión: si el flamante responsable de Pemex, Premio Nacional de Ingeniería Petrolera es o fue socio de una constructora que mediante interpósita persona arrienda a Pemex Exploración y Producción (PEP) un inmueble en condiciones muy ventajosas para sí, Ramírez Corzo no merece el aval de sus compañeros ni debe permanecer en el cargo para el que fue designado hace cuarenta y ocho horas.
Precisamente en vísperas de su nombramiento, el reportero Antonio Jáquez, del semanario Proceso, preguntó a Ramírez Corzo si era socio de Modulcar o figuró en su escritura constitutiva y el todavía director de PEP contestó con un rotundo no. Hay, sin embargo, evidencia en sentido contrario. En febrero de 1998 se constituyó en Ciudad del Carmen esa empresa constructora, Modulcar, cuyo capital social, de doscientos mil pesos, fue integrado por cuatro porciones, la mayor de las cuales, equivalente al cincuenta por ciento de las acciones pertenecía o pertenece a Ramírez Corzo. El 25 por ciento es de Jaime Ramírez Avendaño, que hace tres años sustituyó a Ramírez Corzo en la dirección de la empresa Turbinas Solar.
Un doce y medio por ciento es propiedad de Carlos Hernández Matos que es, por otro lado, representante de Desarrollos Inmobiliarios Cantarell (DIC). Modulcar adquirió en noviembre de 2000 un predio, por setecientos mil pesos, en donde construyó un edificio que, a través de DIC fue arrendado en abril de 2002 a PEP. Ramírez Corzo dirigía esta empresa de Pemex desde exactamente dos años atrás.
La renta pactada es de un millón setecientos mil pesos al mes, pero ese monto no es la principal ventaja obtenida por DIC-Modulcar. La empresa dirigida por Ramírez Corzo invirtió 65 millones de pesos en adaptaciones. La cuantiosa suma hubiera podido ser destinada a la construcción o compra de un inmueble propio. La liberalidad de PEP al contratar este arrendamiento se explicaría por el obvio interés de su director, que hoy lo es de todo Pemex, de favorecerse a sí mismo o a sus socios, en caso de que hubiera dejado de ser accionista de Modulcar.
Si su negativa tajante a la pregunta de Jácquez corresponde a la verdad, habrá que reconocerlo. Pero si no se ajustó a ella, su osadía debe ser bastante para hacer breve el efecto de su nombramiento.
Por otro lado, Ramírez Corzo ha sido repetidamente señalado por solapar a su colaborador Rafael Bracho Ramson, director de administración y finanzas de PEP. Desde diciembre de 2002, el señor Raúl Romo ha presentado en diversas instancias quejas y denuncias sobre manejo sesgado de licitaciones. Aún siendo él un proveedor de Pemex, no es fácil admitir la excusa que a sí mismo se produjo Ramírez Corzo, en su conversación con Proceso, al atribuir a despecho la campaña de Romo, director de México Diesel Electro Motive: “La empresa ganó recientemente un contrato muy importante y ha tenido dificultades para cumplir. Además, la empresa está molesta porque ya no se le otorgan los contratos que se le daban antes, porque hemos abierto el mercado para que otras empresas compitan y lograr así precios más bajos...”.
Según Romo, esto no es necesariamente así. El 21 de octubre presentó ante la Procuraduría General de la República una denuncia de hechos sobre irregularidades en la licitación de obras y servicios de PEP.
Por ejemplo, la empresa Motores y Partes de Coatzacoalcos suscribió con PEP un contrato no obstante haber sido suspendida por un período de dos años y medio como proveedor del Gobierno Federal, por haber ofrecido datos falsos, según circular de la Secretaría de la Función Pública aparecida en el Diario Oficial el 23 de abril. Esta denuncia ante la PGR, lo mismo que una carta dirigida un mes antes, el 28 de septiembre al propio Ramírez Corzo con copia al presidente Fox, resume las diversas anomalías a que se ha referido Romo desde diciembre de 2002. La fecha es importante, porque resta valor a la apreciación del ahora flamante director de Pemex, según la cual la presentación de “imputaciones falsas y dolosas” están dirigidas a “cuestionar mi acción en Pemex a la vista de la situación que prevalece en la empresa”.
Tal situación era el inminente relevo del ingeniero Raúl Muñoz Leos y su reemplazo por Ramírez Corzo. Sin embargo, antes de tal situación, este último se había limitado a turnar las quejas de Romo a la contraloría interna. Con impaciencia dijo a Romo Ramírez Corzo: “En atención a su comunicado de fecha 28 de abril le reitero que todos los documentos que ha enviado a esta dirección general se han entregado al Órgano interno de control”.
Sin que Romo lo sepa, ese órgano ha de haber realizado investigaciones que exoneraron a los funcionarios a los que el proveedor disgustado señala, sobre todo el propio Ramírez Corzo. Interrogado sobre el tema, el vocero presidencial Rubén Aguilar dijo que la Secretaría de la Función Pública “tiene acreditada la transparencia de su desempeño” y el secretario de Energía, Fernando Elizondo, sentenció que “la probidad del ingeniero Ramírez Corzo (está) totalmente a salvo”.