El relevo gubernamental en los estados de Aguascalientes, Oaxaca y Veracruz, y en la ciudad de Tijuana, consumados anteayer, generan además de las consecuencias obvias en esos territorios, efectos políticos fuera de allí y de más largo alcance.
El ascenso al Gobierno de Ulises Ruiz y de Jorge Hank Rohn beneficia de modo directo la posición de Roberto Madrazo, al frente del PRI y con vista a la elección presidencial. Ambos nuevos gobernantes pertenecen al círculo más cercano al líder nacional priista. Ruiz lo representó en la contienda por la candidatura presidencial, y fue notorio que el pacto entre Madrazo y José Murat, el ya ex gobernador oaxaqueño, se afianzó precisamente en el común apoyo que brindaron al nuevo Ejecutivo en esa entidad. Hank Rohn, por su parte, ha sido una suerte de hermano para el ex gobernador de Tabasco, cuyos intereses políticos y financieros están vinculados a los de la familia Hank, como también se advertirá en la candidatura de Carlos Hank Rohn en el Estado de México.
El avance madracista en Oaxaca y Baja California compensa la presión que el dirigente nacional resiente respecto de su permanencia al frente del partido. Los ocho integrantes del grupo Unidad Democrática que le demandaron reglas claras y abandonar la dirección del partido no son los únicos reclamantes de este paso. El senador Manuel Bartlett, que goza de amplia movilidad política porque no responde a otro interés que no sea el suyo, ha echado mano de su cultura francesa (cursó derecho público en París, a fines de los cincuenta) para advertir contra la tentación madracista de emular a Napoleón, que no quiso ser coronado por nadie sino por sí mismo. Con una holgada posición en las encuestas de intención de voto dentro del priismo Madrazo decidirá su salida cuando haya resuelto el espinoso problema de su sucesión.
Aunque usted no lo crea, Elba Ester Gordillo sigue siendo secretaria general del PRI, desde donde estatutariamente reemplazaría a Madrazo, extremo que el presidente del partido no está dispuesto a admitir. Lo peor que podría ocurrirle, en parodia de la célebre expresión de Felipe Calderón respecto del PAN, es ganar la candidatura y perder el partido. Por lo tanto, un asunto de previo y especial pronunciamiento, antes de fijar las reglas y asumir su candidatura (pues aquéllas serán de tal naturaleza que conduzcan necesariamente a ésta) es decidir la suerte de la lideresa magisterial. Ésta se halla en la mejor situación posible: si permanece en su cargo y en el partido, será un factor influyente por la fuerza que aglutina. Exactamente un año después de que partió en dos a la FSTSE, Gordillo consiguió la consagración legal para la federación burocrática que encabeza: un tribunal federal le ha reconocido en definitiva capacidades de representación, con lo que asestó un golpe mortal a la que todavía dirige el senador Joel Ayala. Paralelamente, Gordillo avanza en la organización del Partido Nueva Alianza, ya no sólo con su propia agrupación política magisterial, sino con al menos otra, que organizan conjuntamente las asambleas requeridas por la Ley.
Murat será un eficaz aliado o un estorbo para Madrazo, ahora que ha concluido su desastroso Gobierno. Le ayudará a impulsar, si esa es la vía elegida, el procedimiento para expulsar a la secretaria general y al ex gobernador Diódoro Carrasco, iniciado por el propio Murat. La victoria madracista en la contienda por el liderazgo del partido, en febrero de 2002, se debió a los votos fabricados por Murat (según testimonio de la corriente derrotada), por lo que el oaxaqueño cuenta con una letra de cambio que querrá canjear en la primera oportunidad. Por lo pronto, se le hará un lugar al frente de la CNOP, ya que su dirigente actual Manlio Fabio Beltrones estará absorto en la presidencia de la Cámara hasta el último día de agosto próximo.
La sucesión veracruzana puede también generar consecuencias de alcance nacional. El ex gobernador Miguel Alemán, a sus setenta y dos años no ha resuelto retirarse de la política (a la que entró tardíamente). Aunque lejos de Madrazo, Alemán suele figurar en segundo o tercer lugar en los sondeos de intención de voto, cuando se consulta a los priistas. En la encuesta reciente de Reforma (aparecida el lunes pasado), alcanzó el diez por ciento de preferencias, después de su líder nacional (que tiene 42 por ciento) y Arturo Montiel (que llega a once). El veracruzano comienza a vivir, sin embargo, el problema de quienes pierden el poder antes de que se decida la candidatura presidencial. Desprovisto de un cargo y un presupuesto público, al paso de las semanas su imagen se desdibujará entre los ciudadanos, salvo que con sus nada modestos recursos personales elija mantenerse en los primeros planos de la propaganda.
Alemán no tendrá, por lo demás, una condición política cómoda al concluir su mandato. Enfrentará en diversos escenarios la pugnacidad del ex priista Miguel Ángel Yunes, diputado independiente e inspirador del PAN, que no reconoce fronteras en sus luchas políticas. Podría ocurrir a Alemán, además, que en aras de la gobernabilidad y la unidad de su partido, el gobernador Herrera se inclinara a contemporizar con Yunes, acentuando la vulnerabilidad del ex gobernador.
Presente en la toma de posesión de Luis Armando Reynoso, el nuevo gobernador panista de Aguascalientes, Santiago Creel comprobó que en esa entidad tiene una plaza fuerte. Como causa y efecto de esa situación nombró subsecretario al gobernador saliente.
