El hogar de la edición XXXVIII del Súper Tazón será la ciudad de Houston, Texas, especialmente en el Estadio Reliant, una de las nuevas maravillas de la construcción moderna, estadio que vio la luz la temporada pasada, cuando los Tejanos lo inauguraron en su primera temporada de vida en la NFL, el evento fue trascendente porque nuevamente Houston tendría una escuadra en el nivel más alto y su nuevo estadio estaba listo para lucirlo y mostrarlo como uno de los mejores de toda la liga.
La característica principal de este estadio es su techo replegable, el gran techo se despliega a lo largo del estadio y tardaría solamente siete minutos en cerrarlo si es que está abierto, esto, en caso de alguna tormenta de agua inesperada. A lo lejos se percibe la enorme construcción que se instaló junto al viejo Astrodomo, hay que recordar que aquel gran domo fue considerado como una de las maravillas de su tiempo, erguido en los setentas y poco a poco se quedó atrás en arquitectura hasta el momento que fue insuficiente para albergar a los Petroleros de Houston.
El Estadio Reliant tiene capacidad para 70,000 aficionados, todos cómodamente sentados, pero además, la ciudad de Houston saldrá ganando de gran manera, no solamente se ha convertido en los últimos diez días en la sede del Súper Tazón, sino que además se pronostica que pueda superar los 367 millones de dólares que tuvo sólo en ganancias la ciudad de San Diego, durante la edición del Súper Tazón XXXVII, es un gran negocio para la ciudad que tiene a su tope hoteles y restaurantes.
Esta es la segunda ocasión en que Houston es la sede de un Súper Tazón, la primera vez fue en la edición VIII, cuando los Delfines de Miami enfrentaron a los Vikingos de Minnesota, en aquella ocasión el encuentro se llevó a cabo en el Estadio Rice, en lo que significó la segunda victoria consecutiva para los Delfines, esto fue en 1974, el marcador final fue 24-7 en favor de los Delfines y será recordado como un duelo de equipos con arduas defensivas, tal y como lo es ahora.
El antiguo Estadio Rice albergó a 71,882 aficionados, se espera que la cantidad de aficionados en la nueva edición sea por lo menos igual a esta, en aquel juego Larry Csonka fue considerado como el jugador más valioso del encuentro, para esta edición existe la posibilidad de que alguno de los corredores se robe el espectáculo, ya sean Antowain Smith de los Patriotas o bien Stephen Davis de las Panteras de Carolina, pero las defensas son tan fuertes que esto se ve como algo lejano.
Houston no ha mostrado ser partidario de alguna escuadra en especial, de hecho han mostrado más pasión por el juego que por los equipos en sí, el comercio está enfocado en la atención a los aficionados y realmente no les importa mucho quién gane el encuentro, como dato habrá que decir, que un lugar en el estacionamiento del estadio, el más económico, por cuatro horas, cuesta 66 dólares, (más de 6,600 pesos) sólo por estacionarse y además hay que reservar con anticipación.
El Estadio Reliant es un digno escenario del Súper Tazón, la gente sigue viajando a Houston, no importa que no haya boletos, la fiesta fuera del estadio muchas veces supera al mismo partido, un acontecimiento que atrae al mundo por unos días y muestra la capacidad de organización de los Estados Unidos.