07 DE ENERO DE 2004.
La Habana, (EFE).- Cuba y Estados estrenaron el año con un nuevo elemento de tensión por la cancelación de una ronda sobre migración que, según La Habana, es una cesión a la "presión" del exilio cubano de Miami y un intento de evitar la normalización de relaciones.
La ronda de conversaciones sobre Migración, que las autoridades cubanas habían propuesto para mañana día 8, ha sido suspendida "unilateralmente" por Washington, denunció la Cancillería cubana en un comunicado difundido en la capital de la isla.
Según La Habana, el pasado día 5, el Gobierno estadounidense informó de que no habría nueva ronda de conversaciones migratorias mientras Cuba no mostrase "verdadero interés en abordar seriamente aspectos muy importantes para el logro de un flujo migratorio ordenado, legal y seguro entre ambos países".
Estos "aspectos" no tienen "la menor trascendencia" para la marcha de los Acuerdos Migratorios suscritos entre ambos países, agregó el comunicado, que no precisó los temas.
A pesar de que Cuba y Estados Unidos no tienen relaciones diplomáticas desde hace más de cuatro décadas, en 1994 firmaron unos acuerdos migratorios.
Estos acuerdos establecen la entrega de 20.000 visados a ciudadanos cubanos por cada año fiscal, comprendido de octubre a septiembre, y la celebración de rondas de conversaciones cada seis meses.
Durante el último encuentro bilateral, el pasado junio en Nueva York, las delegaciones de ambos países intercambiaron duras acusaciones sobre supuestos incumplimientos de los pactos y quedaron en reunirse de nuevo a finales de año.
La decisión de Estados Unidos de aplazar las conversaciones obedece, según el gobierno cubano, a "nuevos pretextos, totalmente insostenibles, dirigidos a agravar las tensiones entre ambos países y a entorpecer el principal mecanismo de revisión del cumplimiento de los Acuerdos Migratorios".
Además, La Habana ve en esta "maniobra" de Washington "un tributo que paga la Administración Bush ante las presiones de la mafia terrorista de Miami" en el contexto electoral estadounidense.
Cuba, añadió la Cancillería, rechaza esta decisión, "que sólo intenta contentar las ansias de venganza y odio de un minúsculo grupo de elementos ultrarreaccionarios interesados en estimular la política de agresiones y de hostilidad de EU hacia Cuba, y en dar al traste con los Acuerdos Migratorios".
Los pretextos para aplazar la ronda de conversaciones migratorias "no pueden ser más irreales y absurdos", insistió el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores.
A juicio de las autoridades de la isla, con esta decisión, EU intenta desviar la atención de asuntos importantes de las relaciones migratorias bilaterales, como la supuesta reducción de visas para cubanos, el estímulo de la emigración ilegal o la falta de acciones contra los traficantes de emigrantes ilegales.
Cuba insistió en denunciar la Ley de Ajuste Cubano -que desde 1966 permite a los emigrantes indocumentados cubanos legalizar su situación tras un año de estancia en EU-, reiteró su voluntad de cumplir los acuerdos migratorios vigentes e instó a Washington a "asumir una actitud similar".
La Sección de Intereses de EU en La Habana, que no se ha pronunciado sobre las críticas del gobierno cubano, informó el pasado septiembre que había cumplido con los cupos previstos en los Acuerdos Migratorios con la entrega de documentos de viaje a 20.000 ciudadanos cubanos durante el último año fiscal.
Este nuevo desencuentro entre Cuba y Estados Unidos se produce tras un año de altibajos en las relaciones bilaterales, en el que Washington expulsó del país a 15 diplomáticos cubanos por la realización de supuestas actividades incompatibles con su estatus.
Cuba ha acusado con insistencia a EU de alentar la emigración ilegal mediante la Ley de Ajuste Cubano y de fomentar y financiar a la disidencia interna de la isla, que en 2003 sufrió el golpe más duro en décadas con el encarcelamiento de 75 opositores condenados a penas de hasta 28 años y acusados con "conspirar" con Estados Unidos.