En la ceremonia del IV Informe de Gobierno rendido por Fox, los legisladores recalcaron que México no puede esperar más el cambio que prometió en 2000.
02 de septiembre 2004.
México, (EFE).- Los partidos de la oposición recriminaron al presidente Vicente Fox los escasos resultados de su gestión tras cuatro años de mandato y le exigieron que en los dos años que le quedan en el poder propicie el diálogo político.
En la ceremonia del IV Informe de Gobierno rendido por Fox, los legisladores de otros partidos recalcaron que México no puede esperar más el cambio que prometió en 2000.
Manlio Fabio Beltrones, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, le reclamó que en las propuestas de reformas estructurales el gobierno se ha "olvidado de propiciar la indispensable construcción de una visión común" y ha "escogido la inútil confrontación mediática".
El diputado opositor pidió al mandatario "superar la pretensión de imponer proyectos que no han sido votados mayoritariamente ni reflejan el tejido plural de la colectividad" y lamentó que la política "parece haberse convertido en la fuente de los problemas nacionales".
Los reclamos de la oposición fueron contestados por el gobernante Partido de Acción Nacional (PAN) que asegura que los limitados avances no pueden ser atribuibles sólo a una persona.
A nombre del grupo parlamentario del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), el senador Ernesto Gil Elorduy, aseguró que no se progresa porque el Gobierno ha padecido tres grandes deficiencias: "la ineficacia, la falta de rumbo y la carencia de una visión de Estado".
"De la expectación inicial hemos pasado a la frustración (...). Los mexicanos somos observadores indignados del espectáculo y de las riñas en que se agita la política nacional. En vez de debatir propuestas el país pierde el tiempo entre insultos y pleitos y por ello ahora Fox gobierna en la soledad", acotó Gil.
El senador panista Jorge Zermeño afirmó que toda crítica honesta debe partir de una autocrítica severa y condenó a quienes acusan al Gobierno de "atajar a la mala a un adversario", en clara alusión al posible desafuero de Andrés Manuel López Obrador, por desacato a una orden judicial.
Por último convocó a las fuerzas políticas a vivir en la pluralidad, a no postergar acuerdos "indispensables" para la modernización del país y a darle el trámite debido a los asuntos que por ley, deben resolver los jueces.
En tanto que el coordinador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado, Jesús Ortega, reconoció que, como en pocas ocasiones, Fox asumió el poder con gran fuerza y expectativa, "pero también, como en pocas ocasiones causó una enorme decepción".
El líder izquierdista le acusó de pretender imponer "una regresión autoritaria" con el intento de desafuero al jefe de Gobierno capitalino "que coloca al país en un dilema político fundamental: consentir el autoritarismo, encubierto en una hipócrita defensa de la ley, o continuar en el rumbo de la transición hasta consolidar un nuevo régimen político".
Recriminó al mandatario de "tripular penosamente la anacrónica y obsoleta institucionalidad del viejo régimen" y aseguró que en esto estriba la razón principal "del fracaso del Gobierno Federal y de su incapacidad para impulsar el desarrollo nacional".
A pesar de que la Cámara de Diputados había aprobado una reforma de ley para que el Presidente estuviera presente en el Congreso mientras se hacían estos planteamientos, la propuesta fue detenida en el Senado de la República, que no ha ratificado la iniciativa.
