Debe el Estado castigar a culpables aún cuando éstos sean de sus propias instituciones y reparar el daño al afcetado.
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- México tiene un gran trabajo por hacer para garantizar a sus habitantes la seguridad y protección cuando sean víctimas de violaciones a sus derechos, dijo el titular de la Fiscalía Especial para la Represión de los Delitos Económicos Relacionados con la Corrupción, Carlos Castresana Fernández.
El abogado español, quien forma parte de la Unión Progresista de Fiscales y fue ponente del Consejo de Europa y de la Unidad Central de Lucha contra el Fraude de la Unión Europea, refirió que la única forma en que el Estado debe responder en estos casos es castigando a los culpables, de lo contrario, se genera un círculo vicioso en el que prevalece la impunidad.
En este sentido, explicó que la impunidad es un concepto relacionado estrechamente con Derechos Humanos, corrupción, crimen organizado y violencia política, para lo cual se establece una serie de reglas en el derecho interno de los países y de carácter internacional, a fin de que Estados y Gobiernos respeten los Derechos Humanos pero a la vez, cumplan con la protección y seguridad a quienes sean víctimas de violaciones.
El primer aspecto implica que las instituciones judiciales o cualquier instancia de carácter público, debe seguir esas reglas; el segundo se refiere al castigo que debe provenir de los Estados cuando sus propias instituciones incurran en violaciones, castigando al culpable y ofreciendo una reparación del daño a la víctima.
Castresana Fernández reconoció lo anterior como una tarea difícil, puesto que incluso los Estados democráticos que se caracterizan con respetar los derechos fundamentales de sus ciudadanos, no cumplen con la segunda parte y suelen fracasar en un porcentaje elevado al momento de garantizar una protección a las víctimas.
México, refirió, es un país de cambio y transición no sólo en el aspecto económico y de desarrollo, sino en el ámbito político e institucional, que realiza esfuerzos importantes para hacer respetar las leyes pero que tiene un gran trabajo por hacer para sancionar las violaciones.
Se refirió a la corrupción como un fenómeno mundial que tiene dos capítulos: el tradicional, de los funcionarios que se enriquecen con el cargo público y otro más moderno, que se corresponde con la globalización, es multinacional y está más relacionado con las empresas.
Por sus características de sociedad de economía emergente, México participa de ambos modelos, aunque es hipócrita o poco sincero no hacer una distinción entre aquellas naciones ricas y ?limpias? y los países subdesarrollados o corruptos.
Los estudios demuestran que la corrupción ?clásica? apenas se conoce en los países altamente desarrollados, pero en la corrupción ?globalizada? fungen como corruptores de las naciones en vías de desarrollo.
