Derechohabientes reclaman atención médica.
EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- El paro de labores causó estragos tanto a los derechohabientes como a los trabajadores de confianza del Instituto Mexicano del Seguro Social. Mientras un grupo de personas se aglomeró en las puertas principales de las Unidades Médicas Familiares donde se les impedía el acceso, en el interior de los hospitales generales hasta las secretarias tuvieron que entrarle a la cocina.
El anunciado paro de labores del Sindicato Nacional de Trabajadores Mexicanos tuvo lugar ayer. Los trabajadores de las áreas de intendencia, dietología, archivo administrativo, asistencia, trabajo social, laboratorio, ropería y consulta externa, participaron en este movimiento de protesta.
Las puertas principales de los centros de salud del IMSS permanecieron cerradas con cadenas sujetando los picaportes. En lo que hace a las clínicas número Diez y 43, entreabrían la puerta para explicar a los derechohabientes que no había servicio.
Muchas de estas personas acudieron porque tenían cita y manifestaron ignorar el conflicto laboral del IMSS. Apolonia Cigarroa del ejido La Esmeralda llevó a su abuelito, Amador Chávez, a consulta a la clínica número Diez por un problema de asma. Ella estaba muy enojada porque no lo atendieron. Le dijeron que regresara hoy para que lo revisara el médico familiar.
Apolonia se queja porque los hicieron gastar dinero y esfuerzo y no recibieron la atención debida. Macaria Pérez, también oriunda de esa comunidad, dice molesta que ella y su hija tenían cita programada.
“De hecho yo sabía del paro de labores, por eso el martes venimos a preguntar si habría servicio y la coordinadora en forma muy prepotente nos aseguró que sí. Aquí estamos y ahora nos piden que vengamos mañana, yo no sé qué piensa esta gente... que estamos ricos para gastar tanto en pasaje”, indica Macaria.
Una enfermera no sindicalizada de nombre Araceli Contreras, informa que sí estaba pensado atender las citas programadas, pero el número de personal de confianza que acudió a laborar fue muy reducido, por lo que fue imposible trabajar. Sobre la razón por la que cerraron las puertas, se concretó a decir que fue por órdenes de la Dirección.
Un grupo de derechohabientes que recibió atención médica en la clínica número 43, se manifestó enojado porque los accesos estaban bloqueados. Los vigilantes no los dejaron entrar. “Ahí están esos ancianos tratando de explicarle a uno la razón por la que no podemos ingresar a un edificio que todos los derechohabientes sostenemos con nuestras aportaciones, qué se cree esta gente”, manifiesta Pedro Escobar.
Apoyan voluntarias
María de Lourdes Bañuelos, titular del Grupo de Promotoras Sociales Voluntarias del Hospital General de Zona número 46, comenta que solicitaron a la gerencia de Martin´s, apoyo para la cocina, ya que la falta de personal estaba afectando a los internados en este lugar.
Fue así que el chef, Daniel Huitrado, quien termina su jornada diaria a la una de la madrugada, aceptó trabajar para apoyar al personal de confianza que estaba “imposibilitado” para preparar los alimentos de los enfermos.
“Están las camas llenas, se trata de 60 personas que iban a quedarse sin comer”. María de Lourdes comenta que las damas que integran esta asociación estuvieron llevando el desayuno a las camas a los pacientes, también las secretarias, trabajadoras sociales, médicos, tuvieron que mover hasta las camillas.
Sólo una ambulancia estuvo operando por falta de choferes. Inclusive, María de Lourdes y su gente, llevaron en sus vehículos a las personas que eran dadas de alta. “Este tipo de medidas no deben tomarse, porque dejan desprotegidos a los derechohabientes, que son los menos culpables de los conflictos que traen los sindicalizados con el Instituto”.
En los mismos aprietos se vieron los del Hospital General de Zona número 51, donde también el personal de confianza “tuvimos que hacer de todo”, indica una de las trabajadoras sociales no sindicalizada que no quiso dar su nombre.
Casos aislados
El líder de la Sección XVII del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), manifestó que la nota negativa del paro de labores que tuvo lugar ayer, fue la orden de los directores de las diferentes unidades de salud de que cerraran las puertas, con lo que se negó el acceso a los derechohabientes.
Indicó que esta actuación quizá pretende desacreditar la lucha del gremio sindical ante los asegurados. Explicó también que la presencia de algunos trabajadores sindicalizados del IMSS en las unidades médicas y hospitales, se debe a que por el cúmulo de faltas adquiridas durante el mes, no podían participar en este movimiento.
Fueron casos aislados, que obligaron a esas personas a presentarse a trabajar, manifestó Ramírez López, para luego afirmar que se trata de trabajadores que también están apoyando la lucha contra las reformas a la Ley del Seguro Social.
Problemas en Telmex
Las puertas se cerraron a las dos de la tarde. El personal de Teléfonos de México (Telmex), atendió a los clientes que aún estaban adentro, pero no se permitió la entrada a ninguno más, lo que causó gran molestia entre la gente que llegaba, pues debía hacer sus pagos en el cajero automático.
Los propios trabajadores de Telmex parecían confundidos. Encerrados en el estacionamiento de unidades de la empresa, caminaban de un lado a otro y conversaban entre ellos preguntándose a qué hora les darían el “banderazo” de salida, que les indicaría su salida a la presidencia municipal, para reunirse con sus líderes sindicales.
“Si Telmex es una empresa privada porqué estamos apoyando al Seguro Social”, cuestionaba una de las empleadas, pero otra la callaba y le decía que “así lo decidió nuestro sindicato”.
Cuando comprobaban que las puertas estaban cerradas, los ciudadanos que pretendían realizar contratos o pagar con cheque se asomaban por las puertas de cristal del edificio ubicado en la avenida Abasolo y calle Leona Vicario y en vano gritaban al personal que aún estaba adentro, sin que éstos prestaran atención.
La desconfianza de la población lagunera hacia los cajeros automáticos originó que la mayoría de la gente prefiriera dar media vuelta y regresar a sus casas sin realizar los pagos correspondientes, aun cuando su recibo tenía escrito en una esquina con marcador rojo la palabra “urgente”.
En el cajero había unas 15 personas formadas, a las tres de la tarde eran 29. Empleados, médicos, enfermeras, estudiantes, contadores, abogados, algunas amas de casa, pero profesionistas en su mayoría, que acudían a realizar sus pendientes luego de la jornada matutina de trabajo.
En el estacionamiento, los empleados seguían esperando, pero ya sentados y buscando una sombra para evitar asolearse. Las personas de la fila se cubrían con sus recibos, que resultaban insuficientes al tener el sol ardiendo sobre sus cabezas.
Silvia Martínez, profesionista, estaba molesta porque fue a Telmex a la hora que le destinan para comer en la empresa donde labora y sentía que no alcanzaría a regresar y probar alimento alguno, “todo gracias a que, muy solidarios, se pusieron en huelga, cómo no se juntan para otras cosas que sí sean de provecho”.
SÍ SE TRABAJÓ
Datos sobre la jornada laboral del miércoles primero de septiembre de 2004 en unidades médicas del IMSS en Coahuila.
*38 por ciento de los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Coahuila, asistieron a laborar de manera normal.
*25 por ciento de ausentismo en el turno matutino.
*Siete por ciento de ausentismo en el turno vespertino.
*En la Subdelegación de Monclova y la unidad médica de San Buenaventura, el personal se presentó a trabajar pero los representantes sindicales les impidieron el acceso por algunas horas.
*Las guarderías suspendieron los servicios.
*La nómina de los jubilados del IMSS se pagó oportunamente.
*A los dos mil 500 trabajadores que faltaron se les descontará el día y automáticamente se les cancelan los estímulos con una repercusión económica equivalente a seis días de jornada laboral cuyo impacto se generará en la primera quincena del mes de octubre.
FUENTE: Carlos de la Peña Ramos, delegado del IMSS en Coahuila
