A pesar de los esfuerzos para amortiguar el golpe, la renuncia de Alfonso Durazo, quien hasta el lunes fuera secretario particular y director de Comunicación Social de la Presidencia, es motivo de preocupación e incertidumbre.
Minimizando el hecho, el presidente nacional del PAN, Felipe Bravo Mena, asegura que es normal que en un Gobierno haya ajustes. Puede ser que Bravo Mena se esté acostumbrando a la tarea nunca fácil de defender a un Presidente de sus críticos. Apenas el 31 de mayo, el líder del albiazul trataba de matizar la renuncia de Felipe Calderón a la Secretaría de Energía. El agua empezaba a retomar su cauce cuando vino otro abandono.
Para muchos, las renuncias de hombres tan cercanos al Primer Mandatario confirman temores y generan augurios aún más inquietantes. Ya Calderón había tildado de injusto al Presidente. En el caso de Durazo, un elemento actúa como agravante: en una carta, el ahora ex funcionario señala al Presidente que está cometiendo errores graves, quizá el peor sea pretender dar ventajas a su esposa, Marta Sahagún, en la anticipada carrera presidencial que ha sumergido al país en un ambiente tenso.
El proyecto original que motivaba al cambio se ha extraviado, lamenta Durazo en un texto forjado con prosa directa y contundente. Además advierte que la debilidad con la que se conduce la Presidencia entraña serios riesgos para el país, e invita a Fox Quesada a no rescatar técnicas y actitudes del pasado.
En una respuesta lacónica, la Presidencia rechazó las consideraciones de Durazo. En la presentación de los relevos ni siquiera se cumplió con las cortesías vistas cuando se han alejado otros colaboradores. Sahagún, la otra mitad de la pareja presidencial, se atrincheró en el silencio.
Como antídoto al golpe, el Primer Mandatario se reunió con su Gabinete legal y ampliado. El mensaje fue claro: Fox tiene el respaldo de sus hombres cercanos. Sin embargo, las últimas dos renuncias han surgido por lo contrario: los colaboradores abandonan a un Ejecutivo que los coarta y que se aleja de los planes de Gobierno para apoyar sus intereses personales. La crisis, pues, deriva de la actitud del Presidente. Los hechos recientes dejan una pregunta fundamental sobre la mesa ¿Respalda Fox al Gabinete?
