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LA PAZ, Bolivia.- Los líderes de un paro de transportes anunciaron ayer la suspensión de bloqueos que inmovilizaron a La Paz, sede del Gobierno de Bolivia, y su vecina El Alto, pero ratificaron la vigencia de una “huelga indefinida” en demanda del congelamiento del precio de los combustibles por un año.
El anuncio siguió a otro del Gobierno del presidente Carlos Mesa, que ordenó durante la madrugada el despliegue de fuerzas policiales y militares para asumir el control de las dos ciudades, que conforman una zona metropolitana de 1.5 millones de habitantes.
“A las tres de la madrugada, el señor Franklin Durán (líder de los huelguistas) se comunicó con el ministro de Gobierno para informar que se había abierto un espacio de diálogo”, anunció el portavoz oficial de la Presidencia, Oswaldo Candia, a la cadena radial Fides, de la iglesia Católica en Bolivia.
Esto fue confirmado poco después por el ministro de Gobierno, Saúl Lara, quien dijo que la negociación con los dirigentes del transporte urbano se reanudaría en el transcurso del día. El anuncio del Gobierno pareció disuadir a huelguistas, que en la madrugada habían bloqueado con sus vehículos esquinas de calles y avenidas en distintos sectores, como lo hicieron el miércoles.
Durán, máximo líder del poderoso sindicato de conductores, confirmó a Fides que se había dispuesto la suspensión de los bloqueos, pero aclaró categóricamente que “el paro general e indefinido continúa” mientras no se llegue a una solución definitiva en el conflicto.
“En este momento no hay un solo bloqueo en La Paz o El Alto”, dijo el dirigente, y señaló que ello es “una prueba de flexibilización de nuestra parte”. El acuerdo telefónico de la madrugada neutralizó el desplazamiento de fuerzas policiales y militares que el Gobierno anunció poco antes de la medianoche del miércoles para enfrentar el paro y garantizar el desplazamiento de los trabajadores a sus fuentes laborales.
Discretos controles en zonas urbanas estratégicas eran ejercidos ayer por efectivos policiales, en sitios como la plaza Murillo, la principal de La Paz, a cuyos costados se yerguen los palacios de gobierno y legislativo.
El Gobierno de Mesa dijo también que dejó sin efecto un anuncio anterior sobre la suspensión de todas las actividades educativas en La Paz y El Alto y que, en consecuencia, las labores estudiantiles debían haber sido normales ayer.
Informes periodísticos ratificaron la inexistencia de bloqueos en calles y avenidas, mientras millares de personas intentaban trasladarse por la ciudad a bordo de camiones y otros vehículos particulares, ante la ausencia de servicios de transporte público.
“No hay cómo ir al trabajo”, dijo Jorge Mamani, un obrero de la construcción.
El paro de 24 horas inmovilizó el miércoles a la Paz y El Alto y las aisló del resto del país.
El ministro Galindo había descrito como “intolerante, violenta y delincuencial” la jornada de protesta del miércoles.
