Urgida como está la ciudadanía de Torreón de la realización de obras públicas de calidad, las autoridades municipales deberían haber extremado la vigilancia sobre el nuevo trazo del bulevar Independencia, pues la obra arrancó con manifestaciones de inconformidad tanto de vecinos como de grupos de personas que tienen negocios sobre dicha arteria, por lo que nada justifica la falta de cuidado que se evidenció con las recientes lluvias, porque de alguna forma les da la razón a aquéllos.
En tramos importantes del citado bulevar se presentaron problemas por la mala calidad con que se realizaron los trabajos de pavimentación y bastó una lluvia moderada para que afloraran esos defectos de compactación y colocación de la carpeta asfáltica, que por cierto no se hizo en todo lo largo del bulevar sino sólo en algunas partes, por lo que desde un principio daban la impresión de ser parches mal pegados.
De acuerdo con las declaraciones del director general de Obras Públicas del municipio, Gerardo Berlanga Gotés, la responsabilidad de dichas fallas es atribuible a los contratistas a quienes se encomendó la colocación de la nueva carpeta asfáltica. Pero seguramente éstos se defenderán alegando que no dispusieron del tiempo necesario para hacer ese trabajo en los términos debidos y que fueron presionados para que se concluyeran el día del primer informe de Gobierno del alcalde Guillermo Anaya.
El argumento puede ser cierto, pues la ciudadanía fue testigo de la forma acelerada y atropellada en que se trabajó en los días previos al evento mencionado. Pero si bien ésa puede ser la explicación no hay justificación que valga, como tampoco la hay para los funcionarios que debieron supervisarla a fin de evitar cualquier problema de esta naturaleza. Sin embargo, al margen de las responsabilidades que se finquen en concreto, lo importante es que se corrijan esas fallas a la mayor brevedad posible.