ROMA, (Reuters) - Los últimos dos frescos realizados por el maestro del Renacimiento Miguel Ángel serán restaurados para que recuperen su brillo original, dijo el director general de los museos del Vaticano.
Una década después que los expertos completaran uno de los proyectos más ambiciosos de restauración del siglo XX - la limpieza de los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina - están preparados para abordar el enorme trabajo en la adyacente Capilla Paulina.
"Hemos realizado un largo período de preparación y en otoño (boreal) comenzarán los trabajos", dijo Francesco Buranelli a Reuters en una conversación telefónica.
La restauración de los gigantes frescos "La Crucifixión de San Pedro" y "La Conversión de Pablo", que fueron concluidos en 1550 por Miguel Ángel a los 75 años, son parte de un gran esfuerzo para limpiar y restaurar la Capilla Paulina.
Las imágenes de un Dios musculoso que extiende un rayo de luz a Pablo y San Pedro atado a una cruz bajo un cielo tormentoso decoran las paredes de la capilla.
Las filtraciones de agua, restauraciones previas chapuceras y años de suciedad serán cuidadosamente removidos durante el proceso que podría durar cuatro años.
En 1537 el papa Pablo III ordenó la construcción de la capilla Paulina para usarla como capilla privada. La hermosa estructura barroca, emplazada entre la Capilla Sixtina y la basílica de San Pedro, ahora alberga reliquias de santos y está cerrada al público.
"Los dos frescos de Miguel Angel son las obras más importantes, pero también hay otros frescos y un rico trabajo de estuco", dijo Buranelli. "La mayor parte del trabajo se realizará sobre los estucos", añadió.
El anuncio podría desatar otra polémica después que la reciente restauración del David de Miguel Ángel y el muy elogiado trabajo en la Capilla Sixtina, provocara quejas de algunos historiadores y críticos de arte.
Los expertos trabajaron durante 14 años para restaurar los famosos frescos de Miguel Ángel y devolverles los vibrantes colores originales, liberándolos de siglos de hollín, suciedad, humo, sales del agua de lluvia y errores de antiguas restauraciones.
Una vez que se quitó la pátina mate acumulada por años, muchos observadores se sorprendieron por los brillantes matices que, según los restauradores, serían los mismos que veían los visitantes de la capilla cuando Miguel Ángel concluyó su obra a mediados del siglo XVI.
Pero algunos críticos cabildearon en contra de la restauración porque dijeron que altera la apariencia de la obra maestra.
Estos han mantenido una abierta oposición a las restauraciones como la que se realizó en la estatua de David en Florencia, finalizada a principios de este año con motivo de los 500 años de su existencia y que sus responsables definieron como un poco más que un baño de esponja.