El jefe de gobierno del DF cuestiona a los senadores que señalaron la posibilidad de destituirlo por habre dado la instrucción de la toma de la tribuna de San Lázaro.
14 de octubre 2004.
MÉXICO, D.F.(SUN-AEE).- Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno del Distrito Federal, retó a quienes lo acusan de haber ordenado la toma de la tribuna en San Lázaro a que lo demuestren.
También respondió a los senadores que señalaron que analizarán si lo destituyen de su cargo en caso de que él haya dado la instrucción a diputados locales y federales de irrumpir en la Cámara de Diputados.
"Hagánme el favor de eso. Que me van a destituir los senadores del PRI-AN. Están en libertad, que lo hagan, pero tengo la conciencia tranquila", dijo.
En torno a la nueva conversación, ahora entre Alejandro Encinas, secretario de gobierno capitalino, y Carlos Reyes Gamiz, líder parlamentario del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), aseguró que se trata de un maniqueo, "pero tampoco nos debe extrañar esto porque es parte del noble oficio de la política".
Dijo que considerar que Encinas o el gobierno capitalino instruyeron a los legisladores "es hasta un menosprecio a los diputados, ellos tienen criterio, no es como antes, no se da línea".
En su conferencia de prensa matutina, reiteró que su administración es objeto de espionaje y se trata de una lanzada de su adversarios, aunque este jueves no quiso responsabilizar al Gobierno Federal, pues a pregunta expresa de que si se trató del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), respondió: "Hay que ver".
Agrego: "Llevamos un año sometidos a un bombardeo y la gente me sigue apoyando y eso es lo que los desespera más; cada vez que hay una lanzada me imagino que piensa `ahora si ya cayó' y llevamos un año. Estaba yo viendo las encuestas y el promedio en el año no se ha movido, ha sido invariable el respaldo y esto los hace cada vez más obvios, groseros, majaderos y se desesperan".
López Obrador aseguró que algunos capitalinos le han externado su apoyo cuando se lo encuentran en la calle, con expresiones de que "no se deje" o levantan el brazo con el puño cerrado y el dedo pulgar hacia arriba, en señal de respaldo.