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Retrocede Baja California

José Santiago Healy

En cuestión de semanas el panorama político y social cambió radicalmente en esta entidad que ha sido considerada como la cuna de la democracia moderna de México.

Hace 15 años llegó a Baja California el primer gobernador de la oposición y durante ese lapso la presencia del PRI brilló por su ausencia.

En diciembre las alcaldías de Mexicali y Tijuana pasarán a manos del PRI, lo que significa que este partido volverá a gobernar junto a Tecate al grueso de la población bajacaliforniana.

¿Qué pasó en esta entidad vanguardista que de pronto retrocede políticamente para volver al partido que durante década y media sufrió el desprecio de los electores?

Hay razones para explicar este vuelco tan dramático habida cuenta que en las elecciones federales de 2000 y en las locales de 2001, el PAN alcanzó victorias cómodas tanto en la gubernatura como en las alcaldías de Mexicali y Tijuana.

La primera razón se refiere a que en Baja California los descalabros del PRI dejaron a un PAN fortalecido, pero nadie dio oportunidad a que otros partidos maduraran.

Ello fomentó una fuerza inusitada de Acción Nacional que a la postre ocasionó que sus líderes y gobernantes cayeran en actitudes similares a sus antecesores tales como corrupción, compadrazgo, soberbia y abusos de poder.

Una segunda razón, derivada de la primera, fueron los pleitos y divisiones entre las fuerzas panistas. Varios de los candidatos en las últimas elecciones no convencieron ni a los propios militantes blanquiazules que prefirieron en muchos casos votar por otro partido.

En tercer lugar tenemos al Gobierno de Eugenio Elorduy, que a pesar de tener su dosis de honestidad y disciplina fiscal, ha sido frío y distante con la población además de ineficiente en temas de impacto popular como la seguridad pública.

Y es precisamente esta famosa inseguridad la que podríamos considerar como la cuarta y la más poderosa razón de la debacle panista.

Hoy en día no existe colonia, barrio o rincón de Baja California, principalmente de Mexicali y Tijuana, que no haya registrado un crimen, un secuestro o al menos un robo armado.

En Tijuana suman más de 229 en este año y sólo en este mes llegan a 29 los homicidios.

¿En dónde está la coordinación de las autoridades federales, estatales y municipales, emanadas del mismo partido?

A tres años de su Gobierno, ¿cómo puede explicar el señor Eugenio Elorduy que hoy exista más violencia e inseguridad en Tijuana y Mexicali?

Hace unos días el procurador Antonio Martínez Luna explicó que el aumento en la delincuencia se debe a la pérdida de valores. Yo me pregunto, ¿se refiere a la pérdida de valores de la población o de los policías que aparecen a cada rato en hechos delictivos?

Desgraciadamente quedaron atrás los grandes operativos que se llevaron a cabo en los primeros dos años del Gobierno de Elorduy. Hoy las autoridades locales están cada vez más temerosas de imponer orden y disciplina en toda la entidad.

Al mismo tiempo las policías y ministerios públicos están cada vez más coludidos con la delincuencia organizada.

Así se explica el motivo de la debacle panista en las recientes elecciones y por desgracia no se auguran mejores tiempos porque obviamente será más difícil que los futuros alcaldes del PRI logren coordinarse eficientemente con el Estado y la Federación.

Por lo pronto el presidente Vicente Fox estuvo el pasado lunes en Baja California y al menos públicamente el tema de la violencia quedó a un lado, prácticamente en la oscuridad, al viejo estilo de la política mexicana.

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josahealy@hotmail.com

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