Tokio, (EFE).- Una monja zen hizo un llamamiento para reunir 270 mil estatuas y dibujos de Jizo Bodhisattba, deidad budista con la que quiere recordar a otras tantas víctimas de las bombas atómicas que arrasaron Hiroshima y Nagasaki, hace 59 años.
La monja, norteamericana, pidió en una rueda de prensa celebrada en la ciudad japonesa de Kyoto apoyo para su proyecto, que le ha permitido reunir ya 40 mil estatuas y otras representaciones de Jizo Bodhisattba, guardián de los niños fallecidos prematuramente y ahora imagen para el recuerdo de las víctimas de la hecatombe nuclear.
Según la tradición, los niños fallecidos son enviados al purgatorio por causar gran dolor y pena a sus padres; allí rezan por la compasión de Buda y construyen pequeñas torres con piedras, que unos malvados demonios se encargan de destruir.
Es entonces, cuando Jizo, encargado de aliviar las penas de quienes se encuentran en los infiernos, les ayuda.
En Japón pueden verse en templos y cementerios budistas pequeños montones de piedras en torno a las estatuas de Jizo Bodishattva, en la creencia de que los hijos fallecidos prematuramente de quienes hacen la ofrenda acortarán su sufrimiento en el otro mundo.
La monja, Jan Chozen Bays, quiere reunir 270 mil imágenes, idea que se le ocurrió cuando visitó hace dos años Hiroshima y Nagasaki, ciudades del sur de Japón destruidas por sendas bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, y entre cuyas víctimas se contaron decenas de miles de niños.
Bays, de 58 años, es una monja de la secta Soto del Budismo Zen y pretende hacer una exposición de todas las imágenes de Jizo Bodhisattba en esas dos ciudades el año que viene, cuando se cumplirá el sexagésimo aniversario del ataque nuclear contra Japón.
El objetivo final de Bays es promover la paz en el mundo y que la gente implore por las víctimas de la destrucción nuclear de 1945 mediante la fabricación o dibujo de representaciones de Jizo en madera, estuco, arcilla, mármol, tela, papel o cualquier otro material.
Para ello, la maestra en zen quiere que esta iniciativa se extienda por todo el mundo a fin de adelantar el proyecto y tener lista la exposición para el verano de 2005.
Jan Chozen Bays es maestra de zen en un monasterio de Oregón (EU), donde además trabaja como médico y se dedica a prevenir y descubrir abusos de los que son víctimas los niños.
