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Revelan 'serias fallas' de Inglaterra sobre Irak

EL SIGLO DE TORREÓN / AGENCIAS

LONDRES, INGLATERRA.- “Serios defectos” y “fuentes poco fidedignas” fueron los datos en los que se basó el Gobierno británico para justificar la guerra en Irak, concluyó ayer un esperado informe elaborado por Lord Robin Butler. En donde si bien se criticó las decisiones de Tony Blair por no fomentar el debate, se concluyó que las autoridades del Reino Unido no incurrieron en “distorsión intencional ni negligencia culpable”.

El llamado informe Butler señaló que “no estaba fundamentada” la aseveración de que el régimen de Saddam Hussein podía desplegar armas de destrucción masiva en 45 minutos, mantenida en una polémica investigación divulgada en septiembre de 2002 por el Gobierno británico para justificar la guerra de Irak.

Lord Butler estuvo al frente de una comisión nombrada por el Gobierno británico que ha investigado durante cinco meses los fallos de los servicios de inteligencia sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Irak, con las que Blair justificó la guerra.

En rueda de prensa, lord Butler presentó ayer su informe, que señala que la inteligencia en la que se basó el Gobierno británico para la guerra de Irak “no era lo suficientemente fiable” y estaba “sujeto a dudas”.

Sobre John Scarlett, futuro jefe del MI6 (los servicios de espionaje británicos) y responsable de la polémica investigación con el que el Gobierno justificó la guerra, lord Butler consideró que “no debe” renunciar y destacó su capacidad para el puesto, pese a apreciar fallos en la forma en que actuó.

El documento concluye que “no hubo un intento deliberado o negligencia culpable” por parte del Comité Conjunto de Inteligencia, que presidía Scarlett y elaboró la investigación, para distorsionar el análisis de la información de los servicios secretos.

Butler dijo que “no hubo un intento deliberado del Gobierno de engañar” y aseguró que “no hay una sola persona” culpable de los fallos detectados en los servicios de inteligencia.

Con este informe, son ya tres las investigaciones que no inculpan a Blair. El Primer Ministro dijo que aceptaba los hallazgos del informe divulgado ayer y que asumía responsabilidad por cualquier error.

Según lord Butler, cuando el Gobierno británico comenzó a plantearse la posibilidad de una guerra contra Irak, en marzo de 2002, los datos de inteligencia “no eran lo suficientemente sólidos” para afirmar que Irak había violado las resoluciones de Naciones Unidas.

Sobre la polémica investigación de 2002, afirmó que “se salió de los límites” de la inteligencia disponible y señaló que una posterior declaración de Blair ante los Comunes pudo “reforzar la impresión” de que los datos eran “más firmes” de lo que sucedía en realidad.

Butler criticó al MI6 por no contrastar sus fuentes y apoyarse en terceros informes para mantener sus posiciones y dijo que muchas de ellas se sustentaron “oralmente” y no mediante documentos.

Desde 2002, Blair mantuvo que una guerra contra Irak estaba justificada por la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, que representaban un peligro para la humanidad, sobre todo si caían en manos de grupos terroristas como Al Qaeda, pero ayer admitió que posiblemente esto no era así.

“He rebuscado mi conciencia, no con un espíritu de obstinación sino como una reconsideración genuina en vista de lo que sabemos hoy, para contestar a esa respuesta”, afirmó Blair.

“Sean cuales sean los errores que ha encontrado el informe, cometidos de buena fe y de los que por supuesto admito la responsabilidad, no puedo decir con honestidad que piense que fue un error librarse de Saddam”, agregó.

Según el primer ministro británico, “Irak, la región y todo el mundo es mejor y más seguro sin Saddam”.

El informe Butler concluye además que no hay pruebas de colaboración entre Al Qaeda y el régimen de Irak.

Presionado por la falta de pruebas, el Primer Ministro anunció el tres de febrero la apertura de una investigación sobre los datos de los servicios de inteligencia del Reino Unido acerca de las supuestas armas de destrucción masiva de Irak.

La oposición conservadora y liberal demócrata retiró su apoyo a esta indagación por considerar que era muy limitada, pero el representante conservador, Michael Mates, siguió formando parte de la comisión investigadora a título personal.

Las conclusiones del informe Butler no son tan demoledoras como las presentadas la semana pasada por el Senado de Estados Unidos sobre la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), en donde se denunciaron “graves fallas” en casi todos los aspectos de recolección y análisis de datos sobre la fabricación de armas de destrucción masiva de Irak, de acuerdo a una investigación realizada por un comité especial.

Ambas investigaciones coinciden en la absolución de las culpas de la Casa Blanca y el primer ministro británico Tony Blair, sin embargo, los documentos representan duros golpes para las popularidades de los funcionarios. En el caso de Blair, desde que comenzó la guerra la prensa ha especulado constantemente sobre el fin de su mandato.

RESPALDO PARA UNA INVASIÓN

Estas son las principales conclusiones del informe Butler sobre los fallos en los datos de los servicios secretos británicos acerca de las supuestas armas de destrucción masiva de Irak.

*En marzo de 2002, antes de la guerra, la información disponible sobre las armas iraquíes no era lo “suficientemente sólida” para probar que Irak violaba las resoluciones de la ONU.

*La credibilidad de muchas de las fuentes utilizadas por los servicios secretos para recabar información “se ha puesto en duda” después de la guerra y buena parte de los datos presentados se han considerado “defectuosos”.

*El Comité Conjunto de Inteligencia, que coordina los servicios de espionaje y contraespionaje británicos, no debería haber incluido en el informe que dio al Gobierno la frase de que Irak podía activar un ataque “en 45 minutos” sin especificar qué tipo de ataque.

*El informe Butler no ha hallado “distorsión deliberada” de los datos de inteligencia ni “negligencia culpable”.

*El lenguaje empleado en la investigación sobre el armamento de Irak y la presentación que hizo ante el Parlamento el primer ministro, Tony Blair, pudo dar la impresión de que había pruebas “más sólidas” para justificar la guerra de lo que sucedía en realidad.

*”No hay una sola persona” culpable de los fallos detectados en los servicios de inteligencia y el ex director del Comité Conjunto, John Scarlett, no debe renunciar a su actual cargo en el espionaje británico.

*Irak “no tenía reservas significativas -si es que tenía alguna- de armas químicas o biológicas listas para ser desplegadas o planes para usarlas”.

FUENTE: EFE

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