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CARTAGENA, COLOMBIA.- El presidente Álvaro Uribe y su colega estadounidense George W. Bush, dos aliados en la guerra contra el terrorismo y el tráfico de drogas, se reúnen hoy en este país en medio de fuertes medidas de seguridad para revisar el Plan Colombia y las negociaciones para la firma de un tratado de libre comercio.
?La visita del presidente Bush reafirma un compromiso de seguir luchando contra la droga y el terrorismo de forma conjunta?, afirmó la canciller colombiana Carolina Barco, en entrevista telefónica.
La última vez que un presidente de Estados Unidos visitó el país fue en agosto de 2000, cuando Bill Clinton lanzó en Cartagena el Plan Colombia, una ambiciosa iniciativa para apoyar la guerra antidrogas y en menor grado, el fortalecimiento institucional.
Desde entonces, Washington ha desembolsado unos tres mil 300 millones de dólares en ayuda, la mayor parte de la cual corresponde a la donación de decenas de helicópteros de combate y al entrenamiento militar de las fuerzas de seguridad colombianas.
Esta cooperación se ha probado como una herramienta útil para reducir las hectáreas de coca, subir los decomisos de cocaína y mejorar la capacidad ofensiva de las fuerzas de seguridad.
Pero los críticos sostienen que no ha cumplido su objetivo, ya que la oferta y el precio de la droga colombiana en las calles estadounidenses siguen intactos, mientras los campesinos cocaleros soportan la ofensiva.
?Como política antidrogas el Plan Colombia ha sido un fracaso. Colombia sigue exportando cocaína y en las mismas cantidades?, dijo el diputado Gustavo Petro, presidente del Polo Democrático, principal partido de izquierda.
Debido a que el Plan Colombia expira 2005, el Gobierno estima indispensable su continuidad para poner freno a un conflicto que se extiende por cuatro décadas con un promedio de tres mil 500 muertos al año.
?Hay tendencias positivas, pero todavía tenemos un largo tramo por recorrer y creemos que tenemos que hacerlo juntos?, explicó Barco.
No en vano Estados Unidos considera a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al Ejército de Liberación Nacional (ELN) y a los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), como grupos terroristas que se financian con el tráfico de drogas.
Michael Shifter, experto del centro de estudios Diálogo Interamericano, cree que en los círculos de poder de Estados Unidos hay el suficiente consenso para que prosiga el Plan Colombia, ya que Uribe ha mostrado resultados.
?Tengo la impresión de que en general hay un compromiso para seguir apoyando a Colombia. Se comprende que el peor escenario sería ver un deterioro de la situación por una suspensión de la ayuda?, sostuvo Shifter desde Washington.
Bush llegará a Colombia justo cuando Uribe está empeñado en la desmovilización de los paramilitares de las AUC, algunos de cuyos comandantes la justicia estadounidense solicita en extradición por narcotráfico.
También las fuerzas armadas colombianas se encuentran atacando a la guerrilla izquierdista de las FARC en su retaguardia con el Plan Patriota, una ofensiva de largo aliento que cuenta con apoyo de militares estadounidenses en la planeación de operaciones, logística e inteligencia.
El nuevo jefe militar estadounidense para América Latina, general Bantz J. Craddock, ya garantizó hace una semana en Bogotá que ?Colombia seguirá siendo una prioridad para el Comando Sur?.
Pero en el encuentro de cuatro horas, los mandatarios también analizarán las negociaciones para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC), que tanto para Bush como Uribe consideran una herramienta para combatir la pobreza. Cerca del 45 por ciento de los productos colombianos que sale al extranjero lo hace a Estados Unidos.
Por ahora, las exportaciones colombianas tienen un acceso preferencial al mercado estadounidense gracias a la Ley de Promoción Arancelaria Andina o (ATPDEA, por sus siglas en inglés), una compensación por la lucha contra las drogas.
Como el ATPDEA expira en 2006, Uribe desea firmar el TLC lo antes posible. Aunque las negociaciones se encuentran empantanadas por el tema de las patentes de los productos farmacéuticos y los subsidios agrícolas.