Los recuerdos
Morir, tenemos que morirnos todos;
pero, es mejor vivir; por eso vivo
añoso, soñador y emotivo,
con mis propios recuerdos y a mi modo.
Ellos me asaltan en cualquier recodo;
no hay uno solo que se porte esquivo;
todos llegan alegres y afectivos
como fueron ayer, limpios, sin lodo.
En el yermo que hoy soy hayan abrigo
remembranzas que vienen de muy lejos
a recordarme vidas atrevidas.
Tales hechos se dieron entre amigos,
los buenos y los malos al parejo,
con una ocupación: vivir su vida.