Hasta ahora, lo más destacado en la serie final de la Liga Mexicana de Beisbol ha sido el trabajo de Danny Magee, lanzador zurdo de los Piratas de Campeche, que con tres días de descanso tiró diez entradas para encaminar a su equipo a la victoria en el segundo de la serie, en el Parque Francisco I. Madero.
En la actualidad es muy difícil encontrar un serpentinero que trabaje toda la ruta, pero también es complicado que acepten subir a la loma antes de lo establecido, como lo hacían muchos monstruos del pitcheo, sobre todo en las épocas de personajes de la talla de Martín Dihigo, Ramón Bragaña, Ramón Arano, Jesús “Chito” Ríos y Daniel Ríos, este último de los Algodoneros de Unión Laguna.
Todos los peloteros que integran la plantilla de Piratas de Campeche y Saraperos de Saltillo se encuentran muy motivados, con grandes deseos de llevarse el título a sus vitrinas y obtener así el 70 por ciento de la millonaria bolsa que se disputa en la serie final. El domingo todo estaba listo para disfrutar del cuarto juego del compromiso, pero la lluvia lo evitó; el entusiasmo en el Parque Nelson Barrera era de lo mejor, luego del extraordinario partido del sábado, cuando los filibusteros ganaron en once entradas, mediante una controvertida decisión del ampayer principal, cuando bateaba Óscar Ramírez y Mario Mendoza estaba al relevo.
Anoche el aguacero volvió a aparecer y el partido inició 20 minutos después de las ocho de la noche, pero el optimismo de los aficionados campechanos no decayó, mucho menos el de los seguidores de Saltillo, que en cinco autobuses realizaron el larguísimo viaje de la capital de Coahuila a la de Campeche; quizá los viajeros realizaron un recorrido de más de 35 horas, pero nada importa cuando se trata de apoyar al equipo favorito.
Quizá este día, si la lluvia lo permite, Danny Magee suba al centro del diamante por los Piratas de Campeche, mientras que Francisco Campos estaría listo para un eventual regreso del compromiso al Parque Francisco I. Madero. La actitud de Magee es digna del mayor reconocimiento, porque el deseo de colaborar de este zurdo estadounidense no es cosa común en el beisbol actual.
Hoy en día se cuenta con un relevo intermedio, un preparador y un relevo corto, por lo que es verdaderamente extraño encontrar a un lanzador que trabaje nueve entradas; más difícil es que lance diez episodios y todavía más, cuando se tienen tres días de respiro. Ahora será importante ver la efectividad de Magee en su próxima salida, pero lo que hizo en el segundo partido de la final es para recordar, porque no es común verlo en estos tiempos.
Y si Magee ha sido un extranjero destacado para los Piratas de Campeche, qué decir de Willis Otáñez, Roberto Mejía, Emil Brown y el panameño Rubén Rivera. Este último es aquel pelotero que salió de los Yanquis de Nueva York luego de tomar un guante de Derek Jeter, cuando el hombre de la tierra del canal quiso aclarar, era demasiado tarde; actualmente Rivera parece ser un pelotero de ligas mayores, pero aquel problema hace difícil su retorno al mejor beisbol del mundo.
Y otro destacado es Emil Brown, bateador de gran poder y habilidad; este moreno se presentó con los Naranjeros de Hermosillo y quemaba la Liga del Pacífico cuando regresó a su casa sin dar explicación alguna, hoy esa conducta lo tiene suspendido en ese circuito invernal, pero mientras, es pieza clave para Campeche en la serie de campeonato, donde faltan muchas emociones, cualquiera que haya sido el resultado de ayer.
