Sábado y domingo se llevarán a efecto los trabajos de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), dentro de la Convención Mundial que se realiza en Anaheim, California, aunque el consejo directivo del circuito de verano ha sostenido reuniones previas con gente de la National Baseball Association, en donde un tema que preocupa es el uso de esteroides entre los peloteros.
El consejo directivo de la Liga Mexicana de Beisbol tiene como presidente a Vicente Pérez Avellá, de los Guerreros de Oaxaca; Álvaro Ley López, de los Saraperos de Saltillo, es el vicepresidente; Cuauhtémoc ?Chito? Rodríguez, de los Tigres de Puebla, secretario; Gabriel Escalante, de los Piratas de Campeche, vocal; y José Antonio Mansur Beltrán, de Vaqueros Laguna, funge como tesorero.
Este grupo se coordina con Alejandro Hutt, presidente ejecutivo de la LMB, para tomar las decisiones que beneficien a todos los equipos y en general al Rey de los Deportes. Quizá el asunto más complicado por definir sea el de los Toros de Tijuana, quienes con nueva directiva aún aspiran a ser aceptados en la liga, lo que sería una excelente noticia para los aficionados de aquella frontera.
Recientemente José Antonio Mansur Beltrán habló sobre el caso de Tijuana, y dijo que el problema era que la LMB solicita exclusividad en cuanto al inmueble, y Alberto Uribe anunció que aquella plaza tendría un equipo de beisbol en la Liga Dorada, circuito independiente de los Estados Unidos, que no forma parte de la Asociación Nacional de Ligas de Beisbol, al que sí pertenece la LMB.
Es un hecho diferente al de Tigres y Pericos de Puebla, quienes comparten el Parque de los Hermanos Serdán, pero ambos equipos pertenecen a la misma liga, y en ese aspecto no existe problema alguno. Hay varios requisitos más que la nueva directiva de Tijuana deberá cumplir para aspirar a mantenerse en la LMB, y en caso de mantenerse esa franquicia, ya se le ubica como pareja de viaje de los Diablos Rojos del México.
Los directivos han informado de manera oficial que para 2005 regresan los juegos interzonas, con visita de cuatro escuadras sureñas al Norte y el mismo número de norteños al Sur, por lo que ya se piensa en una visita de los equipos del Sureste a Tijuana o el viaje de los Toros a Cancún, Mérida, Campeche o Villahermosa. Es cierto que existe el avión, pero aun así el desgaste para el pelotero es fuerte, con pocas posibilidades de recuperarse en apenas un día de ?descanso?.
Martín Reyes, propietario de la franquicia, ha manifestado que Nuevo Laredo es una segunda opción, pero los directivos piensan en una tercera, que es la desaparición de ese equipo, repartir sus peloteros entre los 15 restantes y celebrar la temporada 2005 con 15 escuadras, lo que obligaría a un descanso por serie, situación a todas luces incómoda e inconveniente.
El problema de los Toros de Tijuana se dejó crecer y cuando los directivos se percataron de tener una ?papa caliente? en las manos, ya era demasiado tarde para actuar, el calendario regular estaba en marcha, y aunque algunas irregularidades eran evidentes, había quienes pensaban que todo se resolvería favorablemente a muy corto plazo.
La organización de Tijuana incurrió en faltas como contratar a Jorge Fitch y Raúl Cano, suspendidos por la LMB, el primero desde aquella huelga de la Asociación Nacional de Beisbolistas (Anabe) y Cano recientemente, por perjudicar con sus declaraciones el trabajo de la Academia de Beisbol de El Carmen, Nuevo León.
Tecolotes de Nuevo Laredo era un equipo de fuertes problemas económicos, que al mudarse a Tijuana enseñó una cara muy diferente; los dirigentes violaron en varias ocasiones el tope salarial que se estableció para refuerzos extranjeros y en base a ofrecer dinero y más dinero, lograron llevarse a peloteros que con el tiempo fueron importantes. Armando Ríos, ya arreglado con Vaqueros Laguna, finalmente aceptó la oferta de Tijuana, y el venezolano Luis Landaeta, de pobre promedio con Yucatán, llegó a los Toros y se convirtió en uno de los mejores cañoneros de la liga.
Al no conocer a Alberto Uribe empezaron las dudas sobre el origen de los recursos con que se manejaban los Toros de Tijuana, el 27 de mayo se suscitó aquel problema en el Estadio de la Revolución, en donde Armando Ríos señalaba a José Antonio Mansur Beltrán de ordenar a Emiliano Girón los pelotazos que el dominicano propinó a Carlos y Abraham Valencia.
Cuando Armando Ríos fue suspendido por la liga, el manager Carlos Hernández decidió marcharse en apoyo a su jugador, y en la última parte de la temporada regular, e incluso el playoff, el accionar de los Toros de Tijuana era seguido con lupa y entre un interés muy especial, cuando todo mundo vio que la situación del equipo era en verdad seria. Hoy, a menos de dos días, la suerte de Tijuana está en el aire, y esa será sin duda la noticia más esperada de la convención, allá en las tierras que hiciera famosas Walt Disney.