Sólo unos cuantos minutos bastaron para recordar junto a Vicente Romo, algo de aquellos años gloriosos que el popular ?Huevo? vivió como parte de los Cafeteros de Córdoba, propiedad de Chara Mansur Julián; el manager era Napoleón Reyes, otro de los personajes del beisbol que también ha ganado dos campeonatos en la Serie del Caribe, como lo han hecho Francisco ?Paquín? Estrada y Benjamín ?Cananea? Reyes.
El tiempo pasó como el agua y muchos recuerdos quedaron pendientes, al hablar de aquellos duelos entre Córdoba y Diablos Rojos del México, enfrentamientos entre padre e hijo que abarrotaban el Parque Deportivo del Seguro Social. Se habló de Pepe Peña, Diego Seguí, Juan ?Terín? Pizarro, Luis Alcaraz y aquel receptor boricua, Eliseo Rodríguez.
Las 24 horas de un día serían insuficientes para recordar aquellos momentos, cuando el beisbol recibía en realidad el trato de Rey de los Deportes, al provocar aglomeraciones en los alrededores de Cuauhtémoc y Obrero Mundial. A un México-córdoba había que llegar temprano, la falta de estacionamiento en esos casos era mayor y los problemas para conseguir una localidad también aumentaban considerablemente.
Vicente ?Huevo? Romo es para los expertos, el mejor lanzador mexicano en la historia del beisbol y eso son palabras mayores, si se considera a un hombre como Fernando Valenzuela, estelar en los ochenta con Dodgers de Los Ángeles; ?El Toro? brilló también en un Juego de Estrellas de las grandes ligas.
De acuerdo a su categoría, Vicente Romo ya está en el Salón de la Fama del Beisbol Mexicano y para fortuna de Vaqueros Laguna hoy está en esta tierra, en espera de aportar cosas interesantes entre los lanzadores que conformarán el staff del equipo naranja. Radicado en Ciudad Obregón, Sonora, Vicente Romo se desempeña como coach de pitcheo de los Yaquis, quienes recientemente perdieron la serie final en la Liga del Pacífico, ante los Tomateros de Culiacán.
Romo trabaja con el cuerpo técnico de Tim Johnson y en el verano lo hacía con Saraperos de Saltillo, con el propio Johnson, después vino Raúl Cano y al final Fernando Elizondo. Vicente acepta las cosas como son en el beisbol, sabe que su salida de Saraperos no es obra de Juan Manuel Ley López, pero se siente contento de haber tenido cuatro ofertas y al final haberse decidido por la de Vaqueros Laguna.
Romo conoce a José Antonio Mansur Beltrán desde que era un niño y esa gran amistad con la familia Mansur aún se mantiene, a pesar de que han pasado ya más de dos décadas de haber iniciado la relación.
Es muy poco tiempo para emitir un juicio sobre los lanzadores que hoy trabajan con Vaqueros, pero Vicente tiene muy buena impresión de los hermanos Emiliano e Isabel Girón, así como de Eric Montoya y Wascar Serrano. Afirma que necesita más tiempo para hacer un juicio objetivo sobre el material que hoy se tiene.
Vicente señala que cuando los lanzadores se desarrollan en el beisbol de Estados Unidos, generalmente cuentan con una buena mecánica en la loma de pitcheo, aunque se sorprende al haber encontrado en su carrera ese caso, precisamente con pitchers estadounidenses que dependen de uno o quizá dos lanzamientos.
Tener una figura del tamaño de Vicente Romo, siempre es importante para una organización del beisbol, porque en el caso de Vaqueros Laguna, los lanzadores jóvenes mexicanos ven como guía a una persona de gran respeto, con una trayectoria estelar en las ligas que jugó y sobre todo, con la experiencia y el conocimiento necesarios para transmitir los consejos, muy valioso en un pelotero que da sus primeros pasos en el profesionalismo.
Es frecuente hablar sobre la contratación de peloteros, pero es difícil hacerlo cuando se trata de managers o coaches; en Vicente Romo, Vaqueros Laguna ha obtenido a un personaje muy valioso para la organización, un hombre cuya carrera exitosa todos reconocen y que en otros equipos ha demostrado tener aún mucho que darle al beisbol, a pesar de no ser ya un pelotero activo.
Bienvenido Vicente ?Huevo? Romo y que Vaqueros Laguna sea un equipo que disfrute de la capacidad de este elemento, como lo disfrutaron varios equipos, incluso de ligas mayores, cuando Vicente era un lanzador estelar en cualquier beisbol que participaba.